El renovado interés de los inversores extranjeros por las empresas españolas se ha traducido ya en una inversión de casi 30.000 millones de euros en lo que va de año. Se ellos, unos 8.600 millones son inversiones directas en empresas o compras de activos, mientras que casi 22.000 millones corresponden a compras de deuda o bonos de firmas nacionales. Esta semana ha sido noticia la compra del 6% de FCC por parte de Bill Gate, unos títulos por los que el magnate norteamericano pagó 113 millones. Hasta ahora, el sector inmobiliario y el financiero han sido los más beneficiados. La Sareb, por ejemplo, ya ha colocado dos importantes paquetes de créditos y pisos que le han reportado conjuntamente cerca de 350 millones de euros. La Caixa o Bankia también han vendido a fondos extranjeros sus filiales dedicadas a la gestión de las viviendas y terrenos que se han adjudicado como consecuencia de la crisis -Servihabitat y Bankia Hábitat, respectivamente-. La ampliación de capital del Sabadell también supuso la entrada de 650 millones de euros en el país, principalmente a través del magnate colombiano Jaime Gilinski y del fondo mexicano Fintech. No obstante, las dos mayores operaciones conocidas hasta la fecha son la venta de Befesa (dedicada a la recogida y trabamiento de residuos) por parte de Abengoa -una operación cifrada en 1.075 millones- y la compra del 5% de la petrolera Repsol por parte de Temasek, radicado en Singapur, por el que se pagaron 1.036 millones. La propia administración se ha subido al carro con varias ventas de inmuebles.