Este año la vendimia en Francia contará con muchos más jornaleros alicantinos, casi el doble. La falta de candidatos en otras zonas, como Castellón, ha permitido aumentar el número de plazas disponibles para los temporeros de la provincia, donde la demanda no ha dejado de crecer desde el inicio de la crisis antes las buenas condiciones económicas que se ofrecen en el campo galo.

De esta forma, en la presente campaña son unos 550 alicantinos los que ya han puesto rumbo a los viñedos franceses frente a los 300 que pudieron entrar en el cupo del año pasado, según explica el secretario de la Federación de Industria y Trabajo Agrario del sindicato UGT, Joaquín Gil. Y eso a pesar de que el empeoramiento de la tasa de paro en el país vecino ha reducido la oferta global de puestos de trabajo que cada año realizan los viticultores galos a través de las organizaciones agrarias y sindicatos españoles.

Aún así, estas 550 plazas se han quedado muy escasas ante los «millares» de peticiones recibidas en la provincia ya que desde el inicio de la crisis la cifra de peticiones no ha dejado de crecer. Conseguir una de ella no es nada fácil, según explica Gil: «Los puestos se suelen cubrir por la misma gente todos los años y por sus amigos o conocidos. Como no se conozca a nadie es muy difícil entrar, los grupos ya están hechos».

De esta forma, la experiencia y los contactos se convierten en algo imprescindible y en el principal obstáculo a salvar. El idioma, por el contrario, no supone un gran problema al centrarse el trabajo en las tierras del sur de Francia, en linde con la frontera española.

La remuneración es el mayor atractivo de este trabajo en el campo vecino, pues la media son 9,43 euros la hora en jornadas de 35 horas semanales, lo que supone alrededor de unos 1.500 euros al mes. Además de superar con creces el salario mínimo interprofesional en España situado en 645,30 euros, Gil comenta que en el campo español se cobra una media de 1.000 euros al mes, creando así una razón más para trasladarse al país vecino como temporero durante varios meses.

Asimismo, aquellos que deciden viajar en familia reciben entre 150 y 200 euros más al mes como compensación para su manutención, lo que promueve el traslado de hogares enteros para aprovechar las beneficiosas condiciones de este empleo, sobre todo en aquellas familias con todos sus miembros activos en paro. «La conciliación familiar allí está muy estudiada y existen comodidades para viajar con niños y tener donde dejarlos mientras se trabaja sin preocupaciones», comenta Joaquín Gil.

Por todo ello, miles de españoles llevan más de tres décadas viajando cada verano al país galo para ganar un sueldo que les ayuda de forma considerable a mantenerse durante el invierno. Así, la Comunidad Valenciana es la segunda autonomía que más trabajadores ha enviado durante los últimos tiempos, por detrás de Andalucía, líder indiscutible con 10.600 temporeros, más del 72% del total en España.

De la Vega Baja

En la provincia de Alicante el principal emisor de trabajadores es la Vega Baja, que mantiene su liderazgo año tras año. «Existen también algunos núcleos sueltos como Villena, Petrer o Alicante, pero no se pueden comparar con las cifras de la Vega Baja», asegura el secretario de la federación de Trabajo Agrario de UGT.

A parte de la vendimia, hay temporeros que enlazan la recogida de diferentes cultivos. Aunque lo normal son períodos de un mes y medio a dos, los más valientes aguantan durante 3 o 4 en diferentes recolectas. Las temporadas de la fresa y la manzana son de las más solicitadas, la primera enmarcada en los meses anteriores a la vendimia y la segunda, posterior a esta.