No sólo se han convertido el segundo mercado en importancia entre los compradores extranjeros de segundas residencias, con más de 2.000 viviendas adquiridas en la provincia el año pasado, o en el segmento de turistas que más creció, con un incremento superior al 50%, los rusos también representan ya uno de los mejores clientes para los exportadores alicantinos que han descubierto en el gigante eurasiático un enorme nicho por explotar para sus productos. Impulsadas por el apetito de una clase media cada vez más numerosa y exigente, las ventas de la provincia a Rusia se dispararon un 122% -lo que supone más que duplicar la cifra inicial- entre los años 2009 y 2012, hasta alcanzaron los 130,9 millones de euros, de acuerdo con los datos oficiales del Icex.

Además, según los empresarios, esto es sólo el comienzo ya que prevén una auténtica eclosión en los próximos años a medida que un mayor número de compañías de la provincia se vaya asentando en un mercado en el que las trabas burocráticas y las peculiaridades de su sistema político y económico dificultan las relaciones iniciales, según explica el presidente de la comisión de Comercio Exterior de la Cámara de Alicante, Miguel Agulles.

Los datos del primer trimestre de este año corroboran esta aceleración. Entre enero y marzo de 2013 las exportaciones a Rusia sumaron 47,5 millones, lo que supone un incremento del 26,8%, y sitúan por primera vez a este país como el sexto destino en importancia para los productos alicantinos, superando a su eterno rival, los Estados Unidos.

"Tras varios años trabajando hemos llegado al punto en que las empresas están afianzado sus redes de clientes y sus contactos en la zona. En el momento en que se consoliden, el ritmo de envíos va a crecer mucho más rápido. Como todo en la vida, primero hay que aprender", señala Agulles, quien apunta que Rusia "se ha convertido en una prioridad" dentro de los planes de internacionalización de la institución cameral.

Además, como apunta la secretaria general de la Asociación Valenciana de Calzado (Avecal), Marián Cano, el país de los zares también es "la puerta de entrada" a otras importantes repúblicas exsoviéticas -desde Azerbayán a Ucrania-, que también están registrando un importante crecimiento económico gracias a la abundancia de recursos naturales y a la base industrial y la mano de obra cualificada que han heredado.

La proximidad y la facilidad de transporte son algunos de los motivos que, según Cano, han propiciado que Rusia haya tomado ventaja sobre otros países emergentes como destino de las exportaciones alicantinas, cuando hace algunos años se confiaba más en China o Brasil. La secretaria general de Avecal asegura que se sigue apostando por ellos, pero lo cierto es que en el primer trimestre de este año los envíos al gigante asiático cayeron un 6% y Brasil ni siquiera aparece entre los mayores clientes de la provincia.

Por el contrario, Rusia no sólo está comprando cada vez más productos, sino también más caros. En el caso del calzado, el precio medio del par exportado ha pasado de 21 euros a 27 en sólo un año, según los datos de la patronal del sector.

También lo notan los agricultores que, junto con el ya citado calzado, el mármol y el juguete, acaparan más del 80% de todos los envíos hacia Moscú. "Hace unos años sólo se pensaba en Rusia como un mercado de desechos, donde se enviaba la fruta mala, la que no podías colocar en otros sitios. Ahora son los más exigentes, los que quieren más calidad y los que, por ejemplo, tienen la regulación más estricta sobre pesticidas", asegura el presidente de Asaja-Alicante, Eladio Aniorte.

Buenos pagadores

Eso sí, tanta exigencia también tiene su recompensa porque, según Aniorte, "es uno de los países en los que cobras y, además, cobras bien". Los cítricos son la estrella pero también se embarcan otras frutas como melocotones o albaricoques y todo tipo de hortalizas que se producen la Vega Baja. No obstante, el presidente de Asaja tampoco oculta los riesgos que también implica este mercado por la presión de los grupos organizados que siguen operando en él. "Hay mafias pero, por suerte, a medida que se van abriendo más al exterior, el problema se va diluyendo", asegura.

El cuanto al futuro, los principales organismos internacionales pronostican un crecimiento sostenido de Rusia para los próximos años, asentada en sus reservas de petróleo, gas y todo tipo de minerales y también en su potente industria y en las enormes dimensiones del país, una importante ventaja competitiva en un mundo globalizado en el que las economías de escala cada vez pesan más.