Asegurar un vehículo a todo riesgo después de haber sufrido un accidente importante para que la compañía pague la reparación, simular un siniestro para recibir la indemnización o quemar el negocio para cobrar la póliza ante la falta de ventas. La crisis económica está provocando que este tipo de situaciones sea cada vez más frecuente a medida que las familias se van quedando sin dinero para afrontar gastos imprevistos o, simplemente, carecen de otras fuentes de ingresos.

Sólo el año pasado las aseguradoras detectaron 6.085 intentos de fraude en la provincia, lo que supone un incremento del 25,2% sobre las cifras registradas en 2011, cuando fueron 4.860 los casos descubiertos. Este aumento, además, duplica el detectado a nivel nacional, que fue de un 12%, según los datos facilitados por la patronal del sector, Unespa.

Los fraudes que más se incrementaron fueron aquellos de menor cuantía, los que no superan los 500 euros, lo que indica la situación de necesidad de quienes los cometen aunque, como apunta la citada asociación, las aseguradoras también siguen siendo objetivo de redes criminales organizadas que encuentran un lucrativo negocio en la estafa a estas compañías.

Por ramos, la mayoría de los intentos de engaño se producen en el sector del automóvil. En Alicante supusieron 4.106 de los 6.085 casos descubiertos, el 67% del total y el fraude más frecuente fue la ocultación de daños preexistentes, en uno de cada tres casos. En otro 24% se trató de falsos accidentes y una cifra similar, un 22%, fueron intentos de exagerar los daños causados -generalmente lesiones- para percibir indemnizaciones superiores a aquellas que les correspondían.

En el ramo de los seguros diversos y de responsabilidad civil general fueron 1.649 los intentos de fraude registrados en la provincia, y lo más habitual fue la simulación de siniestros. Por ejemplo, falsos robos o el mencionado recurso de prender fuego al negocio cuando la caja ya no compensa mantener abierto el local o las deudas acucian a su propietario.

Por último, en las pólizas de vida, accidentes y salud hubo 321 casos, 44 más que en 2011, según los datos de Unespa. Aquí también uno de los engaños más frecuentes es la de mentir sobre enfermedades preexistentes a la hora de contratar el seguro para evitar ser rechazado, seguido por la presentación de documentos falsos como ocurrió en uno de los casos más llamativos entre los descubiertos este año en toda España: hasta diez personas de una misma familia pretendían cobrar cuantiosas indemnizaciones en base a informes de lesiones que se demostraron completamente inventados.

Este incremento de los intentos de estafa está obligando a las compañías a invertir cada vez más dinero en la investigación de los siniestros. El año pasado destinaron 9,5 millones de euros en todo el país, un 18,3% más que en el ejercicio anterior, aunque les salió muy rentable ya que gracias a los resultados de estas investigaciones se ahorraron el pago de más de 411 millones de euros. O, lo que es lo mismo, recuperaron 43 euros por cada uno que invirtieron.

Las redes sociales se convierten en el mejor aliado de los detectives

Las fotos que se cuelgan en Facebook o Instagram, o los comentarios que se lanzan en Twitter se han convertido en una fuente de información inestimable para los investigadores a la hora de descubrir a quienes intentan estafar a su seguro. Nada como una imagen de un fin de semana en Londres cuando se suponía que se estaba guardando reposo tras un accidente con graves lesiones o una broma sobre la última juerga del fin de semana para denegar una cuantiosa indemnización. Así lo reconocen la propia patronal del sector, Unespa, que ensalza la utilidad de estas nuevas herramientas y califica su utilización de "masiva" a la hora de cazar a los supuestos estafadores. En toda España el número de intentos de fraude detectados en 2012 fue de 146.792, lo que supone un incremento del 12%.