La principal inmobiliaria del grupo Santa Ana, la mercantil Consorcio de Promoción y Vivienda (Coprovi), ha conseguido superar la situación concursal después de que ayer la mayoría de sus bancos acreedores aceptaran el plan de viabilidad propuesto por la empresa, que incluye el pago de la totalidad de su deuda de 165 millones de euros en un plazo de nueve años. A cambio, las entidades se comprometieron a aportar financiación para que la firma del expresidente del Alicante C.F. y exvicepresidente del Lucentum, Juan Antonio Iniesta, pueda retomar su actividad constructora a partir del próximo año.

De esta forma, Santa Ana no sólo se garantiza su continuidad sino que consigue los recursos necesarios para poner en marcha nuevos proyectos que le permitan generar los ingresos necesarios para recuperarse. Según avanzó ayer a este diario el propio Iniesta, si todo va según lo previsto la compañía empezará a construir nuevas promociones de VPO en San Vicente y Sant Joan en el último cuatrimestre de 2013. "Es una apuesta por el futuro porque estamos convencidos de que el sector de la construcción, tras la parálisis de los últimos años, va a empezar a normalizarse", señaló el empresario.

El grupo Santa Ana protagonizó uno de los crecimientos más espectaculares del sector inmobiliario alicantino durante los años del auge, lo que le permitió abrir delegaciones en Valencia, Castellón, Murcia y Andalucía. Como era habitual, buena parte de esta expansión se financió mediante un endeudamiento cada vez mayor y el estallido de la crisis inmobiliaria le sorprendió con una deuda de más de 480 millones.

Las gestiones y las entregas en pago permitieron reducir esta cifra hasta los 280 millones en 2009 y más tarde hasta los citados 165 millones pero en mayo del año pasado los bancos no aceptaron una nueva refinanciación y la firma acabó solicitando el concurso voluntario de acreedores que decretó el juzgado de lo Mercantil número 1 de Alicante, el mismo que ayer aprobó el plan de viabilidad.

Plan de pagos

La salida de la situación concursal ha sido posible gracias a que los activos de Santa Ana suman 230 millones -y por tanto superan el pasivo de la compañía- y también gracias a la aceptación del plan de pagos por parte de las entidades acreedoras, entre las que se encuentran el SabadellCAM, Bankia, el Popular, BMN (Cajamurcia), la Caixa y la Sociedad de Garantía Recíproca.

En este sentido, el citado plan se prolonga durante nueve años, con dos de carencia. Está previsto que hasta el octavo año haya amortizaciones anuales hasta sumar el 50% de la deuda, mientras que el otro 50% se abonará en el noveno ejercicio a las entidades que hayan accedido a financiar los nuevos proyectos de la inmobiliaria. En el caso de que algún banco o caja decida finalmente no aportar nueva financiación al grupo alicantino deberá aceptar una quita equivalente a esa aportación final.

En cuanto a las existencias actuales, Santa Ana conserva unas 400 viviendas finalizadas disponibles para la venta, además ha transformado otras 214 que posee en Vinaròs en apartamentos turísticos y gestiona otros 144 inmuebles en régimen de alquiler.

En busca de nuevos nichos de mercado

La superación del proceso concursal también permitirá a Santa Ana continuar con su planes para diversificar su actividad, que se concentran en el sector hotelero. La compañía posee en este momento el complejo de la Villa Universitaria en San Vicente y también el resort Hacienda Sant Jordi en la costa de Castellón. Su próximo objetivo, que arrastra desde hace más de un año, es la apertura de dos nuevos hoteles urbanos, con un concepto similar a la villa universitaria, en Valencia y Barcelona. En estos casos, Santa Ana se encargaría de la gestión de los establecimientos, de los que no posee la propiedad. El presidente de la firma, Juan Antonio Iniesta, considera "estratégica" esta apuesta por el negocio hotelero que confía en seguir desarrollando en un futuro.