El Banco de Valencia, intervenido por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) desde octubre de 2011, ha puesto puesto en marcha una reorganización de su equipo directivo que vuelve a dejar la gestión de la entidad en manos de la práctica totalidad de ejecutivos que tuvo el consejero delegado Domingo Parra, imputado junto con los expresidentes José Luis Olivas y Aurelio Izquierdo por posibles delitos societarios, en su etapa al frente del banco.

José Antonio Iturriaga, administrador del FROB y director general, sitúa a Víctor Beristáin como responsable del área de grandes clientes. Beristáin fue fichado por Parra al poco tiempo de tomar las riendas como máximo ejecutivo de la entidad de Pintor Sorolla en 1995 y era la persona de su máxima confianza en el banco, donde fue director general del área de inversiones y posteriormente de la de negocio.

El organigrama, reduce cargos, carece de subdirectores y mantiene a Francisco Egea (inversiones), así como otros ejecutivos de la casa: Juan F. Germán (red comercial), Miguel Gramuntell (desarrollo de negocio), Juan Lozano (tesorería y mercado de capitales) y Celestino Aznar Altaba (responsable del área de empresas participadas). Este último es hijo del que fuera vicepresidente -Celestino Aznar Tena-, empresario castellonense y socio de referencia de la entidad que redujo su participación tras la debacle bursátil del banco que fue filial de Bancaja. Otras áreas de responsabilidad gobernadas por directivos de la anterior etapa son las de recursos humanos y medios (José Manuel Piera), intervención y contabilidad (Agustín Melchor), recuperaciones y adjudicados (Jorge Rodríguez), promociones inmobiliarias y suelo (Felipe Monzó) y Enrique Beaus (asesoría jurídica). El Banco de Valencia prepara el cierre de hasta 100 oficinas para garantizar su viabilidad y el ajuste, que se hará en dos fases (2012-2013).