La Conselleria de Sanidad asegura que ahorrará más de 20 millones de euros de aquí a finales de año con su polémica decisión de eliminar el plan de choque contra las listas de espera. Sólo durante el año pasado, cerca de 30.000 pacientes de la Comunidad Valenciana (9.700 en la provincia) se acogieron a este programa para ser operados en clínicas privadas con cargo a las arcas públicas con el fin de adelgazar las saturadas listas de espera quirúrgicas. A partir de ahora, todos los pacientes serán intervenidos en centros de titularidad pública, lo que inevitablemente disparará la demora de las operaciones. Para amortiguar el impacto sobre las listas de espera, desde la Conselleria sostienen que aumentarán el control de las mismas así como el rendimiento de los quirófanos. El departamento que dirige Luis Rosado también pretende que los centros públicos más desahogados puedan asumir intervenciones de otros hospitales y aplicará más rigurosidad en los criterios para incluir a los pacientes en las listas de espera.

En concreto, desde la Conselleria destacan que pondrán en marcha seis incitativas y que auditarán mensualmente los listados de pacientes a la espera una intervención. La primera de ellas pasa por aumentar la "rigurosidad en los criterios" para incluir a los pacientes en la lista de espera. También se incentivará el rendimiento de los quirófanos, se ampliará la jornada ordinaria hasta las tardes, se impulsarán los autoconciertos (operaciones extraordinarias en horario de tarde), se "depurarán" periódicamente las listas de espera y los hospitales con menor lista de espera se coordinarán para asumir pacientes de otros centros.

Sindicatos y oposición consideran que el nuevo recorte sanitario desbocará las listas de espera. "Es evidente que el sistema no tiene capacidad para asumir a todos esos pacientes" sostiene el diputado y portavoz de Sanidad del PSPV en las Cortes, Ignacio Subías. Desde CC OO coinciden en que para poder absorber el incremento de la lista de espera es preciso "aumentar la capacidad de los centros públicos con un incremento de las partidas presupuestarias para tal fin".

Por parte de las clínicas privadas, que dejarán de recibir pacientes derivados de la sanidad pública y, por tanto, de percibir importantes ingresos por ello, se muestran cautas de momento. Los centros concertados consultados por este diario prefieren no pronunciarse o se muestran comprensivos con la decisión de Sanidad de no incrementar su deuda, pero advierten de que tarde o temprano la Conselleria se verá forzada a retomar el plan de choque si la lista de espera es insostenible.

Desde la Conselleria de Sanidad admiten que la semana pasada se remitió una resolución a los gerentes de todos los departamentos de salud de la Comunidad Valenciana para comunicarles la supresión total del plan de choque, una medida que adelantó el conseller del área, Luis Rosado, a primeros de año. Hasta ahora, a los pacientes que llevaban más de tres meses esperando una operación se les enviaba una carta para ofrecerles la posibilidad de ser intervenidos en un centro privado con cargo a la sanidad pública. Durante 2010 se derivaron cerca de 34.000 pacientes de la Comunidad a centros concertados y en 2011 fueron algo menos, 27.400. El descenso evidencia la política seguida por Sanidad de ir derivando cada vez a menos pacientes a los centros privados para tratar reducir sus costes. Una medida que se ha visto colmatada ahora con la supresión total del plan de choque.

Desde la Conselleria sostienen que con la eliminación de este programa sanitario dejarán de pagar a las clínicas más de 20 millones de euros de aquí a final de año. Las mismas fuentes sostienen que los pacientes que se pueden ver afectados por la eliminación del plan de choque están a expensas de intervenciones quirúrgicas "no prioritarias y que no suponen un riesgo vital". Por lo tanto, consideran que las operaciones "son demorables". Al respecto, aclaran que "las patologías que se derivan al plan de choque son de baja complejidad".

Los farmacéuticos desconfían y mantienen la huelga

La intención del Consell de saldar parte de la deuda que mantiene con las farmacias con la inyección de liquidez solicitada al Gobierno no ha aplacado a los farmacéuticos de la provincia, que mantienen la huelga a partir de mañana lunes (día en el que este periódico publicará el listado completo de las farmacias de la provincia que abrirán durante toda la semana). El presidente del Colegio de Farmacéuticos, Jaime J. Carbonell, sostiene que la situación es límite y que los farmacéuticos necesitan cobrar ya al menos una parte de la deuda porque los laboratorios "han dejado de fiarnos". Carbonell señala que el lunes habrá una asamblea para analizar la situación con juristas y otros expertos para asesorar a los boticarios sobre cómo proceder en caso de verse abocados a la suspensión de pagos o a un ERE.