La situación se complica por momentos para el Gobierno. La presión de los mercados manteniendo la prima de riesgo en niveles altos hace peligrar los números en la partida de los Presuuestos Generales del Estado destinada a la deuda. Concretamente, el apartado para el pago de intereses contempla 28.876 millones de euros para todo el año, el 16,4 % de todo el presupuesto de gastos y una partida prácticamente similar a la del desempleo. El problema es que dicha cifra se ha calculado sobre la base de una prima de riesgo que se mueva entre los 305 y los 325 puntos básicos, muy alejada de la realidad, puesto que desde el mes de abril no ha bajado de los 400 puntos.

La última subasta del Tesoro para captar los 3.000 millones de euros hizo saltar todas las alarmas por el elevado interés que se tuvo que pagar -6,54 % en los bonos a cinco años frente al o,86 % que pagó Francia-. Y lo que viene por delante resulta muy poco tranquilizador, ya que el Tesoro, hasta el próximo mes de diciembre, deberá afrontar vencimientos de deuda por un importe cercano a los 75.000 millones de euros, el grueso de estos vencimientos se concentra en el mes de octubre -cerca de 28.000-.

Si no se resuelve la situación de ausencia de inversores para nuestra deuda o el Banco Central Europeo (BCE) no rompe su ortodoxia y vuelve a abrir la vía de la compra masiva de bonos soberanos para equilibrar los mercados, como ya lo ha sugerido en varias ocasiones el Fondo Monetario Internacional (FMI), la situación se presenta muy sombría, sobre todo porque los dos principales colchones de liquidez, la banca española y la "caja de seguridad" del Tesoro, amenazan con secarse.