­Casi peor que ser imputado y tener que comparecer en la Audiencia Nacional ha de ser hacerlo una tarde de julio con 38 grados a la sombra y de riguroso traje y corbata, el complemento que diferenciaba, en cuanto a la indumentaria, a la única imputada mujer del resto de sus compañeros de causa exceptuando las camisas de ellos frente a la camiseta de la exdirectora general.

Quizá por pillar desprevenidos a los fotógrafos (lo que casi logra a la entrada pero imposible era conseguirlo a la salida) con una hora de adelanto sobre el horario previsto llegó Roberto López con sus abogados al juzgado de Gómez Bermúdez. El juez tuvo que resolver antes dos órdenes de detención internacional a otros tantos ciudadanos búlgaros lo que provocó el retraso de la comparecencia del exdirector general y casi un infarto a su abogado, Javier Boix, que se había arriesgado sacando el billete de vuelta a Valencia en el último AVE del día, que al final sí pudo coger.

Con el mismo atuendo que habría elegido para presidir una asamblea general, López Abad optó por un clásico: pantalón gris, chaqueta azul marino, camisa blanca con rayas azules e iniciales bordadas en el mismo tono a la altura del corazón, corbata también azul y zapatos marrones a juego con el maletín. Con buen aspecto, buen color y buenas formas, López Abad aguardó su momento ante el magistrado forzando una sonrisa cuando alguien se dirigía a él o se sentía observado y taciturno, uniendo ambas manos por las yemas, cuando se creía a salvo de miradas furtivas.

El resto de los imputados fueron llegando como por goteo entre las 18 y las 19.10 horas. La primera fue Amorós, con sus inseparables Ray-Ban, después Vicente Soriano (quien a la salida espetó a un fotógrafo de prensa apostado a las puertas de la Audiencia si no le daba vergüenza cómo se ganaba la vida), a continuación Teófilo Sogorb (dicharachero y locuaz como si barruntara que el juez no tenía ayer ninguna mala nueva preparada para él) y un Modesto Crespo al que si le hubieran pinchado a buen seguro que no habría sangrado.