La Comunidad Valenciana no es ni de lejos un paraíso fiscal para las grandes fortunas. Pero ser rico en la tierra de las flores, de la luz y del amor sale al año más barato que en otras regiones de España. Un residente en la autonomía valenciana con una retribución anual superior a los 300.000 euros puede llegar a ahorrarse hasta 6.589 euros al año en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas en comparación con un asturiano, rebaja que se sitúa en 6.191,75 euros si la comparativa es con un extremeño, en 6.189,46 euros con un catalán o en 6.089,46 euros con un andaluz.

Así se desprende del informe elaborado por la consultora Ernst & Young sobre fiscalidad en la Unión Europea, Estados Unidos y las potencias emergentes denominadas BRIC. La razón de la disparidad regional en la presión impositiva sobre las grandes rentas estriba en la capacidad legislativa de los gobiernos autonómicos de modificar sus escalas de tributación. Así, mientras, Cataluña y Asturias aplican un tipo máximo de gravamen en el IRPF del 25,5 % y el 25 % del tramo autonómico respectivamente, la Comunidad Valenciana grava las rentas con base liquidable por encima de 175.000 euros con un tipo máximo del 21,48 %. Sólo la Comunidad de Madrid tiene una fiscalidad más laxa con las grandes rentas, del 21,4 % en el tramo autonómico.

En lo que se refiere al tramo estatal, el tipo máximo es idéntico para todos los territorios (excepto País Vasco y Navarra, con concierto propio) y se sitúa en el 23,5 %. En los territorios forales (sin tramo estatal), Navarra aplica el tipo marginal máximo más bajo, del 42 %, pero a partir un base liquidable muy inferior, de 45.480 euros, lo que incrementa la recaudación. El País Vasco aplica un tipo máximo del 45 % a partir de una base liquidable de 63.680 euros.

Por contra, el empleo de la capacidad legislativa de modificar los tramos autonómicos apenas es perceptible en las rentas inferiores. Un asalariado valenciano con un sueldo bruto de 25.000 euros, apenas tributa por IRPF 23 euros menos (sin tener en cuenta la aplicación de mínimos personales y familiares) que un asturiano, un andaluz o un extremeño.

Pros y contras del IRPF

En lo que se refiera a la presión fiscal española puesta en equivalencia con la de los países de la Unión Europea, Estados y los BRIC (Brasil, Rusia, India, China), España se ubica en el undécimo lugar en la aplicación de tipos marginales máximos en el IRPF. No obstante, por delante se sitúan algunas de las economías más avanzadas de Europa, como Suecia (que roza el 60 %), Finlandia, Dinamarca o Alemania. El tipo marginal medio máximo de España (45,8 %) es superior a la media de la UE de 27 países (37 %), pero inferior a la media de la UE-15 (48,27 %). El de Estados Unidos es inferior en siete puntos al de España y el de los BRIC está 17 puntos por debajo.

Otro de los tributos analizados por Ernst & Young es el de Sociedades. España es el octavo país de los analizados con el tipo impositivo más alto pese a haber bajado del 35 % al 30 %. Estados Unidos lidera esta clasificación seguido de Malta, Francia y Brasil. En la Unión Europea de los 27, España es el quinto país que más grava los beneficios empresariales.

Fiscalidad

Ernst & Young cree necesario bajar el tributo de Sociedades

Ernst & Young destaca que en España, en contraposición con el resto de Europa, la mayor parte de la presión fiscal deriva de la imposición directa (IRPF e Impuesto de Sociedades), "mientras que la imposición indirecta tiene mucho menos protagonismo". Por ello, la consultora considera que España se encuentra en posición "alterada" respecto del resto de países. Eduardo Sanfrutos, responsable de tributación de empresas de Ernst & Young cree que el tipo del Impuesto de Sociedades español es demasiado alto y resta competitividad a las empresas. "Si se quiere que estas compitan en igualdad de condiciones con las de los países más próximos, habría que bajarlo", dice Sanfrutos. E&Y cree que si el Gobierno necesita subir impuestos para recaudar más, "tiene mucho más margen en el ámbito de la imposición indirecta que en el de la directa", y pone el ejemplo del IVA español, que con un 18 % es el tercero más bajo de todos los países analizados en el estudio.