Aunque los trámites pendientes se alargarán durante los próximos meses, será esta semana cuando el Banco de España dé por concluido formalmente el proceso de recapitalización del sector financiero nacional, que ha supuesto la mayor reestructuración de la historia de las cajas de ahorros. Todas las entidades tienen ya más o menos claro su futuro -aunque éste sea ser subastada, como en el caso de la CAM- por lo que también resulta evidente quién ha salido reforzado en la partida y quién se ha quedado por el camino o lo ha perdido casi todo.

los ganadores

Bankia y Rodrigo Rato

Cuando el exvicepresidente del Gobierno y exdirector general del Fondo Monetario Internacional Rodrigo Rato asumió la presidencia de Caja Madrid, en enero de 2010, se hizo patente que la entidad iba a ser una de las grandes protagonistas del proceso de fusiones que acababa de arrancar. Por un lado, por la necesidad de la propia caja de conseguir las ayudas del FROB para contrarrestar el excesivo riesgo inmobiliario acumulado, un dinero al que sólo podían acceder las entidades que se fusionaran. Pero, por otro lado, por el deseo de la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, y del PP, en general, de tener en su órbita de influencia una caja capaz de hacer sombra a la Caixa.

Rato lo intentó primero con una fusión a tres bandas con Caixa Galicia y la CAM pero, cuando éstas se le escaparon, acabó fagocitando a Bancaja (otra caja con "indigestión" de ladrillo) y otras cinco entidades de menor tamaño. A cambio recibió 4.465 millones en préstamos públicos que, junto con los 3.400 millones que captó con su salida a Bolsa en julio, le han permitido cumplir con los nuevos requisitos de capital sin que el Estado tenga que participar en su accionariado. El resultado es la creación del mayor grupo del sector de las cajas de ahorro, con más de 320.000 millones de activos.

La Caixa, lista para comprar

La entidad catalana ha asistido al "tsunami" que ha transformado por completo el sector prácticamente sin despeinarse. Su solvencia y su tamaño -278.000 millones de euros- le han permitido contemplar el baile de fusiones desde la barrera, con la excepción de la minúscula Caixa Girona, que absorbió por indicación del Banco de España. No obstante, el equipo de Isidre Fainé se ha preparado para el futuro -y para una posible segunda ronda de integraciones- con la cesión de su negocio a CaixaBank y la segregación de los activos inmobiliarios a su "holding" empresarial, Criteria, en una especie de "banco malo".

Aunque las acciones del nuevo banco han perdido casi un tercio de su valor desde que sustituyeran a Criteria en la Bolsa, tiene los recursos necesarios para plantearse pujar por la CAM, -o puede que alguna de las otras cajas que van a ser nacionalizadas- lo que le devolvería el liderazgo del sector.

Unicaja y BBK

Ambas entidades comparten muchas características: encabezan los "rankings" de solvencia del sector, son de tamaño medio y han tenido la paciencia suficiente para esperar y sacar partido a la situación con fusiones de última hora. La malagueña intentó una integración a tres, con Caja Jaén y Cajasur, de la que esta última se desmarcó provocando su intervención por parte del Banco de España. Braulio Medel vio su oportunidad cuando el nuevo grupo formado por Caja España y Caja Duero necesitó un nuevo socio que le aportase los 463 millones que le faltaban para cumplir con los nuevos mínimos de capital. Unicaja controlará el 70% del accionariado en esta alianza. Por su parte, BBK dio un primer paso al adjudicarse Cajasur, por la que pagó un euro y recibió un esquema de protección de activos de 392 millones. Ahora acaba de cerrar un acuerdo con las otras dos cajas vascas, la Kutxa y Caja Vital, y no se descarta que acabe pujando por la CAM.

Liberbank y BNM, a medias

Probablemente, tanto los exsocios de Caja Mediterráneo, como el grupo liderado por Cajamurcia esperaban acabar el proceso de reestructuración con más tamaño. Sobre todo el asturiano Manuel Menéndez, uno de los ejecutivos en los que más confiaba el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. La ruptura con la CAM frustró sus planes y ahora el nuevo grupo que han formado Cajastur, Cantabria y Extremadura ha solicitado una prórroga para conseguir los fondos que necesita para cumplir con la legislación sin recurrir al FROB. Exactamente en la misma situación se encuentra BNM, que también necesita capital adicional y tampoco quiere ni oir hablar de una inyección de dinero público. En ambos casos las cantidades son reducidas, por lo que se prevé que lo consigan.

Otras

Banca Cívica y Caja3 también salen reforzadas. La primera logró recapitalizarse al salir a Bolsa y la segunda, formada por tres entidades minúsculas, no ha necesitado reforzar sus recursos.

los perdedores

CAM, pendiente de subasta

La CAM se ha convertido en el ejemplo a evitar. Fue una de las cajas que más decididamente apostó por el sector inmobiliario en los años de bonanza y, con la crisis, el ladrillo se convirtió en su más pesada carga. Huyendo de Caja Madrid, lo intentó con Caja Murcia, pero la torpeza de la Generalitat impidió el acuerdo. Tampoco fructificó con la BBK y al final acabó en brazos de Cajastur. La ambición del responsable de esta última, el ya citado Manuel Menéndez, una inspección del Banco de España que obligó a reclasificar miles de créditos y deterioró sus cuentas, y la negativa de la cúpula de CAM a ceder poder acabaron con el proyecto de Banco Base.

Los directivos de la caja alicantina se lanzaron a buscar un nuevo socio y descuidaron la gestión de la entidad, que perdió casi 5.000 millones de depósitos. Nadie quiso arriesgarse a una nueva fusión con la CAM y el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, tampoco confiaba ni en los directivos de la caja ni en su presidente, Modesto Crespo, al que no consideraba capacitado.

El supervisor acabó forzando una nacionalización de urgencia y nombró unos nuevos administradores, que han aflorado unas pérdidas de 1.136 millones en la entidad y una morosidad del 19,5%. Ahora ha tenido que ofrecer todo tipo de facilidades para conseguir que los posibles compradores se interesen por la entidad.

Catalunya Caixa y Unnim

Las primeras ayudas del FROB en forma de préstamos no bastaron para solucionar los problemas del segundo y tercer grupo de cajas catalanas y serán nacionalizadas en los próximas semanas. Catalunya Caixa recibirá 1.718 millones y Unnim 568. En ambos casos, el fondo público tomará el control y la inmensa mayoría de las acciones, por lo que tendrán que transformarse en fundaciones. La gran diferencia con la CAM es que ambas cuentan con sendos directores generales, Adolf Todó y Jordi Mestre, que son de la confianza del Banco de España, lo que les dará una oportunidad para desarrollar su proyectos antes de que el supervisor decida su venta a otra entidad.

NovaCaixaGalicia

El empeño del presidente gallego, Alberto Núñez Feijoó, de fusionar a la fuerza las dos cajas de su comunidad fue su sentencia de muerte. Ninguna de ellas podía aportar a la otra la solvencia que necesitaba y ahora acabará también en manos del FROB. Sin embargo, Feijoó ha logrado garantizarse que Novacaixagalicia conserve al menos el 15% de su negocio -un porcentaje al que, seguro, no llegará la CAM- y ha logrado implicar a las grandes fortunas gallegas para que aporten capital privado. Además, ha logrado colocar al frente de la entidad a José María Castellano, expresidente de ONO, un ejecutivo en el que también confía el supervisor financiero.

sin efecto

Las independientes

Sólo tres cajas de ahorros no han entrado en ningún tipo de alianzas ni han salido a Bolsa a cotizar. Son la aragonesa Ibercaja, a pesar de ser una "novia" muy codiciada por su excelente balance, y las diminutas Caixa Ontinyent y Caixa Pollensa.

Pendientes de las ofertas

El Banco de España cerrará mañana la primera fase del proceso de subasta de la CAM. Tras distribuir, a través del banco de inversión Merrill Lynch, un cuaderno de venta con las condiciones para pujar por la entidad, los interesados tienen hasta este lunes para comunicar al supervisor financiero su interés en la operación. Una vez cerrado el plazo, el equipo de Miguel Ángel Fernández Ordóñez descartará a aquellos candidatos que no reúnan el suficiente músculo financiero para absorber los más de 70.000 millones de euros de activos de la CAM. Los elegidos tendrán derecho entonces a consultar los libros de cuentas de la alicantina para decidir si formulan una nueva oferta, que será vinculante. Tendrán unas cuatro semanas para ello, con el objetivo de que el proceso se cierre a finales de octubre o en los primeros días de noviembre. El FROB ha ofrecido un generoso esquema de protección de activos, mucho mayor que el de Cajasur o Caja Castilla-La Mancha. Además de las primeras pérdidas que se absorberán con las propias provisiones de CAM, el Fondo público se compromete a hacerse cargo del 80% de los números rojos que aparezcan durante los próximos 10 años hasta un importe de 2.500 millones. Si se supera esa cantidad, la cobertura pública aumentará hasta el 90%. No obstante, algunos posibles compradores consideran insuficientes estas garantías y exigen una cobertura de todos los riesgos. Otros reclaman la creación de un banco malo con los activos "tóxicos" de la caja para que se los quede el FROB. d.n. alicante