Los inspectores de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) regresarán a Atenas a principios de la semana que viene tras los "buenos progresos" en las negociaciones mantenidas este martes por teleconferencia con el ministro de Finanzas heleno, Evangelos Venizelos, sobre los nuevos ajustes que debe aplicar Grecia para recibir una ayuda de emergencia de 8.000 millones de euros.

"Se han realizado buenos progresos y las discusiones técnicas continuarán en Atenas los próximos días", ha anunciado la Comisión en un comunicado.

"Se espera que la misión completa (de inspectores de la Comisión, el Banco Central Europeo y el FMI) regrese a Atenas a principios de la semana que viene para reanudar la revisión", ha agregado el Ejecutivo comunitario.

También el Gobierno griego ha asegurado que se han logrado "progresos satisfactorios" en la segunda teleconferencia entre Venizelos y los jefes de la denominada 'troika'.

El equipo de expertos técnicos continuará negociando los últimos detalles del presupuesto de 2011 y la preparación del de 2012, así como el esbozo de las cuentas para 2013 y 2014, según ha informado el ministerio de Finanzas griego en un comunicado.

Las negociaciones seguirán este fin de semana en Washington, donde Venizelos tiene previsto asistir a la reunión anual del FMI.

El Gobierno heleno se ha comprometido a acelerar la reducción de funcionarios en el sector público para garantizar la recepción de la ayuda europea y evitar la suspensión de pagos.

Los inspectores deben certificar que Grecia cumple las condiciones exigidas para recibir el sexto tramo de 8.000 millones de euros del primer rescate de 110.000 millones aprobado el año pasado. El regreso de la misión significa que el acuerdo para desembolsar la ayuda está cercano.

El Gobierno de Atenas ya ha dejado claro que sin esta asistencia no podrá pagar los salarios y las pensiones de octubre.

Los inspectores de la UE y el FMI abandonaron Atenas a principios de septiembre tras constatar que las medidas adoptadas por las autoridades griegas no permitían cumplir los objetivos de déficit pactados para 2011 y 2012, entre otras cosas, porque la contracción de la economía griega es más fuerte de lo previsto. Grecia anunció una nueva tasa inmobiliaria, pero la UE cree que no es suficiente para corregir los desvíos.