Italia volvió a ver ayer cuestionada su solvencia financiera por la decisión de la agencia de medición de riesgos estadounidense Standard & Poor´s (S&P) de rebajar la calificación de la deuda soberana del país de "A+" a "A" con perspectiva negativa. La agencia atribuyó su decisión a factores políticos y económicos y vaticinó que la tenue demanda externa, las últimas medidas de austeridad introducidas por el Gobierno y la "presión al alza en el coste de financiación del sector público y privado" conllevarán el "debilitamiento" del crecimiento económico de Italia.

Con la rebaja de la calificación, se confirmaron las advertencias lanzadas en los últimos meses por la agencia estadounidense, que ya había alertado de que en Italia se mantenían los riesgos relativos a su elevado endeudamiento, que se sitúa en torno al 120% de su PIB, es decir, más de 1,9 billones de euros. Asimismo, los responsable de S&P señalaron ayer durante una conferencia telefónica con analistas que el país transalpino corre un riesgo "razonable" de un nueva rebaja de su calificación en los próximos 12-18 meses si no vuelve a crecer a un ritmo más constante.

No han servido para convencer a S&P los dos planes de ajuste aprobados por el Parlamento italiano este verano (por valor de unos 79.000 y 54.000 millones, respectivamente) con medidas destinadas a reducir los costes, aumentar la recaudación, sanear las cuentas públicas del país y alcanzar así el equilibrio presupuestario en 2013.

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, salió al paso de la rebaja de la calificación, negándose a aceptar que la causa haya sido la situación económica del país. Berlusconi achaca la decisión de la agencia a que se ha dejado llevar por lo que dicen los periódicos y por "consideraciones políticas". La agencia, a su vez, estuvo rápida de reflejos y se apresuró a declarar que su decisión se debe a un "análisis detallado e independiente".

En el caso español, el analista de Standard & Poor´s (S&P) Meritz Kraemer afirmó que España ha reaccionado más rápido que Italia frente la crisis de la deuda y las turbulencias registradas en los mercados. En la misma conferencia telefónica con analistas, Meritz Kraemer hizo referencia a que en España fue posible llevar a la Constitución el equilibrio presupuestario "en dos semanas", al tiempo que hizo hincapié en los continuos cambios registrados en el plan de ajuste presupuestario italiano durante su tramitación parlamentaria y la retirada de algunas medidas de ahorro del texto. "Las medidas presentadas en el Parlamento fueron modificadas y esto comportó plazos más amplios sin lograr un consenso general", manifestó.