Los grandes grupos financieros españoles no se conforman con las garantías frente a pérdidas que ofrece el Banco de España y quieren que el FROB separe en un "banco malo" los activos tóxicos de la CAM antes de pujar por ella. Así lo aseguran fuentes del sector financiero conocedoras de la situación, que señalan que ninguno de los posibles compradores de la caja alicantina -entre los que destacan el Santander, el BBVA y Caixabank- está dispuesto a asumir el castigo que sufriría en los mercados si adquiriese la entidad sin esta segregación.

De hecho, no es la primera vez que se plantea esta solución. Cuando la pasada primavera la CAM buscaba un socio tras su ruptura con Cajastur, los grandes bancos e incluso el fondo JC Flowers ya pidieron al Banco de España la creación de un banco donde apartar los créditos con mayor riesgo de la entidad.

Esta solución, sin embargo, no sería del agrado del supervisor financiero, que se encontraría con el problema de tener que liquidar una importante cartera de activos y, sobre todo, crearía un peligroso precedente. Si se acepta para el caso de la CAM, los futuros compradores de Novacaixagalicia o Catalunya Caixa -donde el FROB también tendrá mayoría- podrían exigir el mismo trato, explican las citadas fuentes.

El principal temor de los grandes de las finanzas españolas es que la adquisición de la CAM les suponga una fuerte devaluación en sus cotizaciones, ya muy afectadas por la crisis del euro. En estos momentos las bolsas castigan cualquier aumento de exposición al mercado español y si, además, una parte de esa inversión está vinculada al ladrillo, la caída puede ser mucho mayor.

Tanto Bankia como la propia Caixa ya utilizaron la fórmula de separar sus activos de peor calidad antes de sus respectivos lanzamientos en Bolsa para evitar que estos afectaran a su evolución. La entidad presidida por Rodrigo Rato los dejó en la matriz del grupo, el Banco Financiero y de Ahorros, y la Caixa los transfirió a su filial de participaciones industriales, Criteria.

En el caso de la CAM, el objetivo sería segregar sobre todo los créditos vinculados al sector promotor, que ascenderían a más de 11.000 millones de euros, y los adjudicados, y que fuera el FROB el que se hiciera cargo de su liquidación ordenada.

Más facilidades

No obstante, para algunas fuentes, con la petición de un "banco malo" los grandes grupos españoles sólo buscarían conseguir mejores condiciones en la subasta de la CAM, sabedores de que son muy pocas las entidades con músculo suficiente para absorberla, y que el Banco de España no puede permitirse que el proceso quede desierto.

En este sentido, el supervisor financiero ya ofrece en el cuaderno de venta de la entidad alicantina numerosas facilidades para hacer más atractiva la operación, tal y como publicó este diario el pasado 15 de septiembre. La principal es un Esquema de Protección de Activos (EPA) que asumiría la mayor parte de las pérdidas generadas por la cartera crediticia de la entidad durante los próximos diez años, un periodo que duplica al de operaciones anteriores como la de Cajasur o Caja Castilla-La Mancha.

Así, hasta un importe de 2.500 millones de euros el FROB se haría cargo del 80% de las pérdidas y el comprador del 20% restante pero, si llegada a esa cantidad los números rojos siguen aumentando, entonces el fondo público asumiría el 90% de lo que superase esa cifra. Este seguro cubriría la cartera de créditos a promotores, las hipotecas en riesgo de impago, los activos adjudicados y otros préstamos fallidos, lo que sumaría un saldo de unos 16.800 millones. A ello habría que añadir también las pérdidas generadas por las sociedades inmobiliarias en las que participa la CAM, por lo que la cifra final de activos cubiertos podría rondar los 20.000 millones, según algunas fuentes.

Sin embargo, entidades que han estudiado los números de la caja alicantina limitan a unos 5.000 millones el "agujero real" de la CAM, y eso incluyendo los 1.136 millones de pérdidas declaradas en el primer semestre de 2011 y los 1.400 millones que se provisionaron contra reservas a lo largo del año pasado.

Liquidez

Otro de los aspectos que preocupan a los posibles compradores es la liquidez, dado el gran número de vencimientos de deuda que tiene la caja el próximo año -casi 5.700 millones- y las dificultades para conseguir fondos en los mercados. El cuaderno de venta incluye la posibilidad de solicitar al FROB una nueva línea de liquidez por importe de 2.800 millones de euros, que se sumarían al crédito de 3.000 millones concedido en el momento de la nacionalización de la entidad y del que ya se habrían utilizado unos 500 millones. El periodo de devolución de estos préstamos sería de tres años, ampliable hasta cinco. Algunos posibles compradores creen que la cantidad sería insuficiente.