¿En qué medida cree que la pérdida de una plaza financiera, como puede suponer la desaparición de la CAM, afectaría a la economía alicantina?

La CAM tiene varios factores. Uno anímico y sentimental, porque es nuestra caja y duele el hecho de ver la situación en la que se encuentra. Otro factor, el esencial, es el suministro de financiación a las familias y empresas, que es el papel más importante que jugaba la CAM. Tenemos que conseguir una tranquilidad para los clientes y los trabajadores de la entidad y eso es lo que pedimos al Banco de España. Yo creo que la entidad que se haga cargo de la CAM va a querer seguir financiando a las familias y a las empresas de nuestro territorio. Confío en que no se note una falta de financiación.

¿No cree, entonces, que los empresarios locales tendrán más problemas para financiar sus proyectos?

Nos habría gustado tener una entidad financiera con implantación territorial y con su sede central aquí pero las circunstancias son las que son. Hay que ser consciente de la realidad. Lo más importante es que haya financiación, que se mantenga un volumen de crédito aunque tengamos que hablar con personas diferentes. Entiendo que una entidad financiera se dedica a dar crédito y su interés será mantener clientes y mantener actividad.

¿Y la Obra Social?

Debemos intentar entre todos que, adaptándolo a las circunstancia, se mantenga la Obra Social, que se intente que haya una continuidad. Creemos que está muy arraigada y que cumple un función muy importante que debe seguir.

¿Hay alguna razón no económica para que la CAM se encuentre en esta situación? La sensación es que si al resto de entidades se le aplicaran los mismos criterios que se están utilizando en la CAM, muchas también estarían en pérdidas.

Nos hemos preocupado en comprobar que todo está dentro de la normativa del Banco de España, de lo legal, y también se nos han dado explicaciones por parte de los administradores del FROB sobre el rigor que se está utilizando. Si son tan rigurosos es porque estamos hablando de una situación en la que se va a sacar la caja a la venta. En esta situación hay que aflorar cualquier posible morosidad, cualquier deterioro. Si no lo haces así, los grandes grupos españoles e internacionales que tienen que valorar la operación no la considerarían rigurosa y nadie estaría interesado.

¿Cree que los anteriores administradores deberían asumir responsabilidades por la situación de la caja?

El Banco de España tiene a los actuales administradores que están trabajando, analizando datos... si ellos lo estiman son los que deberán tomar las acciones pertinentes.