Las bolsas europeas, con caídas de hasta el 4 por ciento, vivieron una jornada negra arrastradas por el desplome de los bancos, que ya han comenzado a descontar el impacto que tendría en sus cuentas la quiebra de Grecia y que se calcula en unos dos billones de euros.

El Ibex se ha hundido un 3,41% y ha terminado en la cota de los 7.600 puntos una sesión aciaga en todas las bolsas europeas ante los persistentes rumores sobre la inminente quiebra de Grecia, teoría que los líderes europeos se afanan por desinflar.

El selectivo madrileño no levanta cabeza desde que el viernes se desplomara un 4,44% y con el cierre marca su nivel más bajo desde el pasado 20 de marzo, mientras que la prima de riesgo de España sigue disparada en 360 puntos.

Con todos sus valores en negativo, el Ibex ha sellado el día en 7.640,7 puntos, tras llegar a marcar 7.592 enteros en un momento de la negociación, lo que supone una caída de casi el 4%. BBVA y Santander han arrastrado al índice, al caer un 5,34% y un 4,69%, respectivamente.

Los inversores han encontrado argumento para lanzarse a las ventas en la clara desaceleración económica constatada por el G7 y la OCDE, y en el deterioro de las finanzas de Grecia, que ha aprobado una tasa inmobiliaria para cumplir con sus acreedores internacionales.

Las ventas también afectaron al mercado de deuda, y la prima de riesgo española subía veinte puntos y se situaba en 357 puntos básicos al cierre, nivel previo al inicio de la compra de deuda por el BCE.

El repunte de los diferenciales se mantiene ajeno al anuncio por parte del BCE de que la semana pasada invirtió 13.960 millones de euros en la adquisición de deuda soberana de los países de la eurozona, un 4,9% más que la semana precedente, lo que representa un gasto total de 143.000 millones de euros desde el lanzamiento en mayo de 2010 de su programa de compra de bonos en los mercados secundarios de deuda.

Caen las bolsas europeas

Las bolsas europeas, con caídas de hasta el 4 por ciento, vivieron una jornada negra arrastradas por el desplome de los bancos, que ya han comenzado a descontar el impacto que tendría en sus cuentas la quiebra de Grecia y que se calcula en unos dos billones de euros.

Todos los mercados europeos vivieron el impacto del rumor que ha circulado durante el fin de semana acerca de que Grecia está cerca de la bancarrota. Este temor hundió las bolsas, disparó las primas de riesgo de algunos países y castigó la cotización del euro.

El economista jefe del banco danés Saxo, Steen Jakobsen, dijo hoy en Madrid que si se produjera la quiebra de Grecia, la banca europea necesitaría alrededor de 2 billones de euros para recapitalizarse.

La bolsa más castigada este lunes, con un descenso del 4,03 por ciento, fue la de París, pues al efecto griego se unió un segundo factor, la probabilidad de que Moody's decida una próxima rebaja en la calificación de su deuda.

El presidente del Banco de Francia (BdF), Christian Noyer, se vio obligado a salir en defensa del sector y aseguró que los bancos franceses pueden hacer frente a cualquier escenario en Grecia.

"Sea cual sea el escenario griego (...) los bancos franceses tienen los medios para hacerle frente porque no tienen problemas de liquidez ni de solvencia", señaló Noyer en un comunicado.

Al cierre de la sesión, el valor más castigado fue BNP Paribás, que se dejó un 12,35 por ciento, y que en lo que va de año ha perdido un 45,14 por ciento.

Otros bancos afectados fueron Societé General, con una caída de 10,7 por ciento, y Credit Agricole, con un 10,6 por ciento, a los que se suma la aseguradora AXA, con un 9,72 por ciento.

En cuanto al resto de mercados europeos, Milán, cedió, un 3,89 por ciento; Madrid se dejó un 3,41 por ciento; Fráncfort, un 2,27 por ciento, y Londres, un 1,63 por ciento.

Entre las entidades italianas, las que sufrieron un mayor correctivo fueron Unicrédito, que se retrocedió un 10,9 por ciento, e Intesa San Paolo, con un 9,53 por ciento.

En cuanto a las entidades españolas, el BBVA descendió un 5,33 por ciento y el Santander un 4,7 por ciento, aunque su exposición a la deuda griega es mínima.

Según datos del Banco de España, sólo siete grupos bancarios españoles tienen inversiones en deuda soberana griega, que suman en total 448 millones de euros, apenas el 0,27 % del total de su cartera de deuda europea.

En cualquier caso, todas las miradas de los inversores apuntaron a Grecia, tras un fin de semana en que se propagaron los rumores sobre la inmediata quiebra del país.

El secretario de Estado de Finanzas griego, Filipos Sajinidis, reconoció que Atenas tan sólo tiene efectivo para pagar sueldos y pensiones hasta octubre, y que la llegada del sexto tramo del primer rescate es esencial para evitar el impago.

Compromiso con Grecia

Varias autoridades europeas intervinieron también a lo largo del día para mostrar la voluntad de la eurozona de no dejar caer a Grecia y estabilizar la divisa común y los mercados financieros.

El Gobierno alemán expresó su convicción de que Grecia cumplirá con sus compromisos, mientras el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, consideró que las últimas medidas del gobierno heleno, entre ellas un nuevo impuesto a los inmuebles, "van en la buena dirección", aunque evitó decir si serán suficientes.

En un sentido similar se pronunció el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, que se mostró convencido de que Grecia va a cumplir sus compromisos en materia de ajuste fiscal y reformas estructurales.

En medio de estas turbulencias, el euro llegó a cotizarse a 1,35 dólares, si bien más tarde repuntó hasta las 1,36 unidades y estableció el tipo de cambio de referencia del euro en los 1,3656 dólares.

Frente al yen, retrocedió a su mínimo en diez años en el mercado de divisas de Tokio, donde perdió el nivel de las 105 unidades.