­A pesar de que la situación por la que atravesaba la CAM ya era más que evidente, la exdirectora general de la caja, María Dolores Amorós, presentó a los administradores designados por el FROB un balance del primer semestre del año en el que se declaraban unos beneficios de 81 millones de euros y una morosidad de un 9,5%, frente a las pérdidas de 1.136 millones y la tasa de impago del 19,5% que finalmente presentó la entidad a las autoridades.

Amorós logró estos resultados gracias a que no contabilizó las pérdidas por deterioro de activos, que ya le había requerido el Banco de España, y gracias también a prácticas como la refinanciación contInua de deudas empresariales para evitar que la tasa de impagos aumentara, según recogía ayer Expansión. De esta forma, los delegados del FROB entienden que la ejecutiva intentó engañarles y quiso transmitir también públicamente una imagen falsa de la situación de la caja. En este sentido, recuerdan que en las cuentas no auditadas del primer trimestre declaró públicamente y comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores unos beneficios de 39,8 millones, también irreales, a su entender.

En el informe para argumentar el despido disciplinario de Amorós, el FROB también apunta a su responsabilidad en la ruptura de la fusión con Cajastur y señala que las sospechas de los socios de la CAM de que se ocultaba información podrían estar fundamentadas. En este punto hay que recordar, no obstante, que uno de las claves de la ruptura fue la inspección que realizó el Banco de España y que obligó a la alicantina a reclasificar miles de créditos. El resultado de dicha inspección se comunicó hasta diciembre de 2010.

Los nuevos gestores señalan que la gestión de Amorós supuso un grave perjuicio para los empleados, los clientes y los inversores, por lo que barajan emprender acciones legales.