El aval dado ayer por el Tribunal Constitucional alemán a la política de rescate del euro del Ejecutivo de Ángela Merkel ha aliviado la presión que acechaba en los últimos días a la eurozona, una presión que también provocaba una profunda inquietud en los mercados. La noticia, que sirvió para relanzar las subidas con las que se iniciaba la jornada de ayer en las bolsas europeas tras varios días de caídas, tiene un pero, que es la exigencia de los jueces del Segundo Senado del TC germano, de que todos los planes de rescate y ayudas futuras sean aprobados por la Comisión Presupuestaria del Bundestag, para "evitar un automatismo que socave los derechos de los diputados".

Tanto la canciller alemana como la Comisión Europea (CE), por medio de su portavoz Pia Ahrenkilde, se afanaron en aclarar que el visto bueno de la comisión parlamentaria a los nuevos acuerdos no va a ralentizar la aprobación de los nuevos planes de rescate. "No tenemos ninguna duda de que se podrá respetar este fallo y mantener a la vez la capacidad de actuar de forma eficaz y decisiva", aclaró Ahrenkilde, que mostró su satisfacción por la decisión del Tribunal alemán.

Angela Merkel, por su parte, se apresuró, tras conocer la sentencia, a comparecer en el Bundestag para precisar que el Constitucional "ratifica de manera absoluta la política del Gobierno", y ofrecerse a liderar la apuesta por una Europa "muy fuerte", necesaria para el crecimiento alemán.

Nuevo rechazo al "eurobono"

La canciller no dudó en calificar como el "objetivo central" de la presente legislatura conseguir que esa Europa "más fuerte" emerja tras la actual crisis, para lo que sugirió la posibilidad de reformar el Tratado de Lisboa con el objetivo de mejorar la gobernanza europea. Durante su intervención realizó una vigorosa defensa del euro, del que aseguró que "no puede permitirse su caída y no caerá", aunque advirtió de que la actual crisis, caracterizada por un endeudamiento excesivo durante décadas, no puede resolverse de un "plumazo" mediante "eurobonos o reestructuraciones de deuda"; "habrá un largo y difícil camino", dijo.

Merkel instó a Europa a replantearse sus normas para garantizarse respuestas ante situaciones en las que un país como Grecia, que representa apenas el 2% del PIB de la eurozona, pone en jaque al conjunto de los 17 países del bloque del euro. Y lamentó que "las violaciones del Pacto de Estabilidad y Crecimiento" no puedan ser examinadas por los tribunales".

La canciller alemana subrayó que "el Tratado de Lisboa no cuenta con mecanismos para obligar a cumplir el Pacto a aquellos que no puedan o no quieran respetarlo". "De este modo, si nos decimos a nosotros mismos que necesitamos y queremos más Europa, más fuerte y mejor, los cambios al Tratado no deberían considerarse un tabú", aseveró.

Discrepancias con las sanciones

Precisamente ayer trascendió que el Parlamento Europeo y los Gobiernos de los 27 ultiman un acuerdo para que la UE imponga multas de hasta el 0,2% del PIB, que en el caso de España supondrían 2.000 millones de euros, a los países con déficit y desequilibrios excesivos. El nuevo sistema sancionador es uno de los pilares centrales de la respuesta a la crisis de deuda, pero su adopción, prevista para junio, se ha retrasado por el desacuerdo entre las instituciones.

El principal punto de discrepancia que impedía el compromiso es que la Eurocámara, que cuenta con el apoyo del Banco Central Europeo (BCE), exige que las multas sean casi automáticas, mientras los Veintisiete reclaman un margen de maniobra.