Las bolsas europeas volvieron a sufrir ayer otra jornada de números rojos, aunque más moderada que la del lunes. En el caso del Ibex 35, el descenso del 1,63 % -la segunda caída más fuerte de las plazas financieras europeas, sólo superada por Milán(-1,98 %)- resulta especialmente significativo, ya que sitúa el índice por debajo de los 8.000 puntos (7.926), lo que significa que la Bolsa española ha vuelto a niveles del 2009, arrastrada por la crisis de deuda y el temor a una nueva recesión global.

Las declaraciones del presidente del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, tratando de poner paños calientes al anuncio de la inminente recesión pronosticada por la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, que provocó un "lunes negro", apenas tuvieron el efecto esperado. Sobre todo porque Zoellick puso más énfasis en la economía norteamericana que en la europea, a la que reclamó mayor unidad y cooperación financiera.

Por otra parte, la confirmación de los datos de crecimiento en la Unión Europea (UE) tras la apertura de los mercados, sirvió para añadir más incertidumbre y hacer oficial algo que ya se temía: la paralización económica. La caída del consumo de las familias provocó que Alemania creciera sólo un 0,1% en el segundo trimestre, y Francia, ni eso. España e Italia también registraron crecimientos moderados -0,2 % y 0,3 % respectivamente-. Era la confirmación, ya intuida, de que sólo con recortes en el gasto público no se consigue reactivar la economía, una situación que asusta a los inversores. Tampoco las palabras del presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, que aseguró que Europa saldrá más fuerte de la crisis gracias a la "firme determinación de mantener la estabilidad del euro", consiguieron apaciguar los mercados. Wall Street, que también comenzó la jornada en números rojos, no fue el deseado referente para invertir la tendencia de caídas iniciada por la mañana en los mercados continentales. Al final, Milán se dejó un 1,98%, París, un 1,13% y Frankfurt, un 1%. Sólo Londres se desmarcó y subió un 1%.

Grecia, además, continuaba siendo ayer la principal protagonista de la incertidumbre en la eurozona, a pesar de que consiguió colocar 1.300 millones de euros en letras a seis meses a un interés inferior, un interés que,nos obstante, se situó en un insostenible 4,8%. Mientras tanto, el primer ministro heleno, Yorgos Papandreu, celebró un consejo de ministros para acelerar las reformas exigidas por la "troika" -Comisión Europea (CE), Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI)- con el fin de liberar el sexto tramo del paquete de rescate de 8.000 millones de euros.

Sobre este punto advirtió ayer el ministro de Finanzas alemán, Wolfrang Schhaeuble, que Grecia no recibirá más ayudas sin un informe positivo de la "troika" que, conviene recordar, abandonó Atenas la semana pasada para dar tiempo al Gobierno de Papandreu a cumplir con las exigencias, un plazo que termina el próximo día 14. Pero a este problema se suma uno más que también mantiene en vilo a los mercados, el de la decisión del Tribunal Constitucional alemán, que a petición de un grupo de economistas debe dictaminar hoy sobre la legalidad de la participación alemana en el primer rescate de Grecia y en el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), a lo que hay sumar la votación en el Parlamento germano de la aprobación del último fondo de rescate europeo. Dicha votación se producirá en plena debilidad del Gobierno de Merkel por la última derrota electoral de su partido y la contestación pública a las ayudas a los países periféricos.

La prima de riesgo baja

La prima de riesgo española, sin embargo, consiguió bajar hasta los 334,9 puntos, gracias a la compra "agresiva" de deuda española e italiana en los mercados secundarios por parte del Banco Central Europeo (BCE). La rentabilidad de los bonos españoles a diez años descendió al 5,16 % y la de los italianos al 5,18 %, pese a que comenzaron la jornada al 5,60 %.

ESTADÍSTICAS

La ralentización económica en la UE indica el fracaso de las políticas de austeridad

La economía de la Unión Europea (UE) y la zona euro creció en el segundo trimestre de este año un 0,2 % en relación al trimestre anterior, según los datos de la agencia europea de estadística, Eurostat, lo que confirma las primeras estimaciones que ya apuntaron a una ralentización de la actividad. Mientras que el Producto Interior Bruto (PIB) de la UE aumentó un 0,8 % entre enero y marzo de 2011, en el segundo cuarto se redujo al 0,2 %. Las principales causas del frenazo fueron la caída en el consumo de las familias y el estancamiento en Alemania y Francia. Alemania creció únicamente un 0,1% respecto al primer trimestre de 2011, mientras que Francia se estancó, lo que contrasta con los crecimientos del 1,3 % y del 0,9 %, respectivamente, entre enero y marzo. Otras economías como España e Italia también registraron aumentos muy moderados, con un 0,2%, un 0,3% , respectivamente. Los datos confirmarían las predicciones de algunos analistas, que apuntaron a que las políticas de austeridad defendidas porAlemania y Francia resultan perjudiciales para la buena evolución de la actividad económica. Ambos países defienden la necesidad de llevar a cabo drásticos recortes en el gasto público para intentar frenar las presiones de los mercados sobre lasdeuda soberana. efe bruselas