La crisis no afecta por igual a todo el mundo. Y si no que se lo pregunten al vicepresidente de la comisión de control de la CAM (Caja de Ahorros del Mediterráneo), José Manuel Uncio. La entidad ha sido recientemente intervenida por su delicada situación financiera, lo que supuso el cese de todo el consejo de administración. Pero la comisión de control, presidida por Juan Ramón Avilés Olmos, y vicepresidida por Uncio, mantiene sus funciones de supervisión y vigilancia de la entidad, a las órdenes de los interventores del Banco de España. Uncio fue durante nueve años director del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), de donde salió perseguido por el escándalo tras pagar con la tarjeta Visa oficial joyas, regalos en listas de bodas, artículos de lujo y gastos personales, por valor de 6.794 euros. La Fiscalía investigó estos pagos, pero acabó archivando el caso.

Quizá para olvidar la peor crisis de la historia bancaria valenciana, el vicepresidente responsable de marcar las pautas de austeridad de la caja alicantina, José Manuel Uncio, se desplazó la semana pasada hasta las aguas de Formentera a bordo de un lujoso yate. Al exdirector del Instituto Valenciano de Finanzas se le vio acompañado de su actual compañera (al parecer una periodista de Canal 9) y junto a otra pareja. Los cuatro navegaban en un lujoso yate, -un Doqueve 59, valorado en un millón de euros- y se les vio fondeados en la zona de les Illetes de Formentera. También frecuentaron el fogón Juan y Andrea, el restaurante al que acuden todos los famosos de visita en la isla, a la hora de la comida. Según testigos presentes no escatimaron en gastos.

Aunque no es el único símbolo de lujo del que hace uso el expresidente del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) entre 1995 y 2004. En el garaje de su vivienda en Valencia, una lujosa finca en el entorno de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, Uncio tiene aparcados un Ferrari California (valorado en unos 200.000 euros) y un Aston Martin modelo DB9, con un coste ligeramente superior.

El mago financiero de las grandes obras del Consell

José Manuel Uncio saltó a la primera división de la política, en 1995, desde el Ayuntamiento de Valencia. En el Cap i Casal fue asesor del concejal José Luis Olivas (actual vicepresidente de Bankia) quien, al ser nombrado conseller de Economía, se lo llevó para que se hiciera cargo del IVF. Desde aquel verano, Uncio ha sido el mago financiero del Consell del PP. Por sus manos pasaron miles de millones de euros y, de su voluntad, dependían la mayoría de iniciativas empresariales (avaló a Ferrys, Lois y Kelme) y los proyectos en los que se embarcó la Generalitat y que con el tiempo se han convertido en un lastre. Uncio participó en la financiación de Terra Mítica, la Ciudad de las Artes y las Ciencias (fue quien urdió la operación de venta del solar de las torres de Calatrava para oxigenar las cuentas de la Cacsa), participó junto a Tabares en la contratación de Julio Iglesias (que aún investiga un juez) pero también fue el ideólogo de la Ley autonómica de Cajas que permitió al Consell controlar sus consejos de administración. Al frente del IVF también tomó decisiones polémicas como privatizar la asistencia jurídica de la entidad, los conserjes y telefonistas. En el año 2000 se supo que había creado una sociedad dedicada a la consultoria de empresas y el sector inmobiliario (que permanece desde 2009 sin actividad, según el Registro Mercantil) y que resultaba incompatible con su cargo. En 2005 saltó el escándalo del pago con la Visa oficial de gastos personales que investigó la fiscalía, pero que se archivó.