Caja Mediterráneo, o más propiamente el nuevo Banco CAM, comunicó ayer formalmente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores la imposibilidad de presentar las cuentas de la entidad de ahorro referidas al primer semestre del año, y que deberían haber estado preparadas para su difusión el pasado mes de junio. Se confirma así lo que ya anticipaba ayer este periódico: que las dificultades que están encontrando los interventores nombrados por el Fondo de Reestructuración Bancaria (FROB) a raíz de la intervención de la entidad por el Banco de España para auditar los balances de la caja alicantina son mayores de lo que se esperaba, tanto por la complejidad de la situación como por el volumen de la propia institución, hasta hace poco la cuarta de España.

Los administradores del FROB, en la comunicación a la CNMV, alegan que, dado que la intervención se produjo el 22 de julio y un día después la segregación de activos de la antigua CAM al nuevo Banco CAM, no ha habido tiempo material de preparar el informe semestral de cuentas. Y ello a pesar de que se suspendieron las vacaciones del personal para que durante todo el mes de agosto la caja funcionara a pleno rendimiento.

El restraso en la entrega del informe se acoge a un artículo de la propia Ley de Disciplina e Intervención de las Entidades de Crédito, que contempla incluso la posibilidad en casos excepcionales de dejar en suspenso la formulación de cuentas durante un año. A pesar de citar textualmente este artículo, los administradores asegurán que entregarán las cuentas semestrales "en torno al 20 de septiembre próximo".

La demora en la puesta al día del balance de la CAM choca frontalmente con los deseos de las grandes entidades bancarias, que observan cada día con mayor preocupación el sesgo que van tomando los acontecimientos en torno a la CAM.

De hecho, la pasada semana tres de los principales responsables financieros españoles -Emilio Botín, del Santander; Francisco González, del BBVA; y Rodrigo Rato, de Bankia- transmitieron a la vicepresidenta económica, Elena Salgado, su interés por que la crisis de la caja alicantina se resuelva cuanto antes, puesto que en su opinión está causando un grave perjuicio a la imagen de todo el sector en un momento especialmente delicado. Los tres presidentes de entidades citados urgieron a Salgado a que se pongan todos los medios necesarios para acabar cuanto antes tanto la auditoría interna como la externa de la CAM y se proceda de inmediato a la adjudicación en subasta de la entidad. Ésta estaba prevista, en principio, para mediados de septiembre, para tal como informó ayer este periódico dicho plazo será imposible de cumplir puesto que el informe sobre el balance del primer semestre no se presentará ya hasta finales de ese mes, y posteriormente las entidades interesadas en acudir a la subasta tendrán que estudiar las cuentas y preparar sus propuestas.

Salgado transmitió al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, está necesidad de acortar todo lo que se pueda los plazos, mientras va tomando cuerpo en el seno del Gobierno y en el del BdE el convencimiento de que finalmente se presentará denuncia contra los gestores de la caja en la Audiencia Nacional.

Una difícil adjudicación por subasta inversa

A pesar de las peticiones expresadas por el president de la Generalitat, Alberto Fabra, el conseller de Economía y diferentes representantes sociales alicantinos, entre ellos el presidente de la Cámara, José Enrique Garrigós, para que la CAM sea vendida en su totalidad y no troceada, e incluso después de que la propia vicepresidenta Salgado así dijera también que se haría en unas declaraciones nada más producirse la intervención, lo cierto es que no va a ser fácil que la entidad alicantina sea adquirida íntegramente y, por tanto, y aunque con otros dueños, pueda incluso aspirar a seguir operando con su marca tradicional.

El sistema que se seguirá para la adjudicación de la caja será el de subasta inversa; esto es, se quedará con la entidad aquel postor que menos garantías de dinero público exija por ella. Eso hará que todos los interesados escruten muy bien las cuentas para medir su puja y facilita el que se pueda dar el caso de que finalmente la caja tenga que ser troceada para adjudicarla.

Santander y Bilbao Vizcaya son los dos grandes bancos que han mostrado interés por hacerse con una parte de la caja, no con toda. También estudia acudir la vasca BBK, que ya se adjudicó Cajasur y que tiene interés por aumentar su presencia en Alicante. En este caso, BBK pujaría por la totalidad de CAM. G. B. ALICANTE