La caída de la construcción en la provincia no parece tener fin y cada nuevo dato que se conoce sólo viene a confirmar el estado crítico en el que se encuentra. De entre todos ellos, sin duda, el más demoledor es el del empleo: desde que se inició la crisis, en el último trimestre de 2007, el sector ya ha destruido más del 60% de todos los puestos de trabajo que generaba en Alicante, lo que supone que más de 45.000 personas han tenido que buscar otra ocupación o han acabado en las listas del paro.

Así lo asegura el último balance de la patronal del sector, Fecia, con datos hasta el pasado 31 de enero. En este sentido, el número total de ocupados en el ladrillo o actividades afines ha pasado en el citado periodo de 74.586 a 29.495, una disminución radical que no se ha producido en ningún otro sector de actividad. De hecho la construcción es la responsable del 40% de todos los empleos destruidos en la provincia como consecuencia de la recesión económica que, según la Encuesta de Población Activa, ascenderían a 114.000.

Igualmente, el volumen de empresas también ha sufrido una importante disminución. En septiembre de 2007 había dadas de alta en la provincia 10.906 firmas relacionadas con esta actividad, mientras que a principios de 2011 la cifra había caído hasta las 6.414. En otras palabras, casi 4.500 mercantiles han bajado la persiana y el goteo continua, según explica el presidente de Fecia, Ramón Jerez.

"En estos momentos los mayores problemas se están dando en empresas pequeñas, de entre 15 y 20 trabajadores", asegura Jerez quien denuncia que tanto el volumen de mercantiles como el de empleo ha retrocedido ya hasta niveles de los años noventa. En concreto, el número de empresas es prácticamente el mismo que en 1999 y la cifra de ocupados es incluso un 14% inferior a la de ese año.

Ante estos datos, el presidente de Fecia no duda en afirmar que "el sector está en quiebra y lo peor es que era el que nos mantenía a todos". "No hay más que ver que, en el momento en que la construcción se ha frenado, los ayuntamientos y el resto de administraciones se han quedado sin liquidez", recuerda el dirigente empresarial.

Al respecto, en la patronal tienen muy claro que uno de los problemas que hay que resolver con urgencia es la falta de crédito. "El grifo sigue cerrado. Para conseguir un préstamo te tiene que firmar toda la familia y, muchas veces, ni siquiera así lo consigues", explica Ramón Jerez. La situación afecta tanto a los empresarios, que no consiguen financiación para poner en marcha nueva promociones, como a los compradores, que se ven incapaces de afrontar la compra.

Capacidad de adaptación

Desde Fecia también creen que el sector se tiene que adaptar a la nueva realidad social, con un gran número de familias que han visto disminuir su nivel de renta o con alguno de sus miembros en el paro. Por eso, para la patronal una de las posibles salidas a la actual parálisis es el fomento de las viviendas de protección oficial garantizando su construcción y también la financiación posterior a los compradores para evitar que siga aumentando la cifra de adjudicatarios de VPO que deben renunciar a ella por no obtener un crédito.

También abogan por facilitar a los promotores que puedan lanzar al mercado viviendas en régimen de alquiler con opción a compra, una de las fórmulas que están utilizando últimamente las entidades financieras para desprenderse de su propio "stock" inmobiliario con cierto éxito. Esto podría facilitar que se acabaran algunas de las promociones que ahora permanecen paralizadas (en el primer trimestre del año apenas se entregaron 1.077 casas, un 65% menos que en el mismo periodo del año pasado).

Por último, Ramón Jerez se muestra convencido de que la rehabilitación es otro de los segmentos que puede tirar con fuerza del sector en los próximos años, incluso por motivos de ahorro. Esta actividad se beneficia de infraestructuras ya realizadas, como el alcantarillado, que en los terrenos de nueva urbanización hay que costear.

En cualquier caso, Jerez cree que el sector no empezará realmente a recuperar actividad mientras la economía en general no empiece a mejorar y, sobre todo, el desempleo empiece a reducirse.

Un "stock" de 57.000 viviendas sin vender

Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta el sector de la construcción es el enorme volumen de viviendas finalizadas que permanecen si vender. Así, esta misma semana un informe realizado por el servicio de estudios de Catalunya Caixa cifraba en 57.000 el número de inmuebles de la provincia que se encuentran en esta situación, lo que supone 2.000 más que el año pasado. Esta cifra supone el 4,3% del parque total de viviendas de la provincia, un porcentaje un punto superior a la media nacional según las mismas fuentes. Entre los municipios de más de 50.000 habitantes, la mayor concentración de pisos sin vender se encuentra en Elche, con el 4,5% de su parque total de inmuebles en esta situación. Le siguen San Vicente del Raspeig, con el 4%; y Alcoy, con el 3,7%. Curiosamente, las principales poblaciones de la costa tienen, en proporción, menos vivienda acabada sin vender. Así, en Benidorm apenas suponen el 1,1% de todo lo construido en el municipio, en Orihuela sólo suma el 1,6%, mientras que en Torrevieja es el 2,1%. En este sentido, el estudio señala que el ritmo de absorción de este "stock" será más lento en la Comunidad Valenciana que en otras zonas del país, pero el principal problema estaría en Castellón, donde asegura que hay más de 100.000 viviendas sin vender. d. n. alicante

Los precios caen más del 20% desde su máximo

Alicante es una de las provincias españolas donde más ha caído el precio de la vivienda desde que empezó la crisis debido al gran peso de las segundas residencias, que son las que más fluctúan. Así, desde el máximo que alcanzó en el segundo trimestre del año 2008, el índice general de precios en la provincia ha bajado un 20,4%, seis puntos y medio más que la media nacional, según las estadísticas que elabora el Ministerio de Vivienda en base a las tasaciones que se realizan. De esta forma, el metro cuadrado de vivienda libre se paga en estos momentos a una media de 1.392 euros frente a los 1.764 euros a los que llegó a cotizar en los mejores años del sector. En relación con el resto del país, comprar una casa en Alicante resulta un 22% más barato, y cuesta menos de la mitad que en la provincia más cara, Guipúzcoa, donde el metro cuadrado vale 2.829 euros. Sobre la evolución futura, varios organismos, entre ellos el propio Banco de España, creen que aún queda recorrido para que se produzcan ajustes. Sin embargo, los promotores advierten de que las posibles bajadas se concentrarán en determinados tipos de productos, como viviendas vacacionales mal ubicadas o pisos de segunda mano en zonas degradadas, mientras que los precios empezarán a subir en los barrios más céntricos. d. n. alicante