Hasta ocho países han vetado ya la importación de hortalizas españolas a causa del brote infeccioso que ha desatado la bacteria intestinal Escherichia y que Alemania ha atribuido a los pepinos nacionales. Rusia, Finlandia, Dinamarca, Austria, Alemania, Suecia, la República Checa y Bélgica han cerrado sus fronteras a las verduras españolas al creer que la infección ha partido de España. En todos esos países ya se ha procedido a retirar diferentes partidas que habían llegado en los últimos días y en algunos de ellos, como Bélgica y Rusia, se ha prohibido explícitamente la importación de pepinos españoles.

Ese bloqueo "no es necesario", según apuntaron ayer desde la Comisión Europea. Bruselas confía en las medidas tomadas por las autoridades españolas para controlar la circulación de productos procedentes de las dos explotaciones de Málaga y Almería identificadas por Alemania como posible origen de la infección, según explicó la misma fuente.

Con todo, los países de la Unión Europea han reforzando la vigilancia sobre los pepinos, tomates y otras verduras que se venden en sus mercados, a la espera de tener más datos acerca del origen de la contaminación por la bacteria. El asunto se comentó de manera informal en un encuentro que celebran en los titulares de Agricultura de los Veintisiete en Debrecen (Hungría).

Reacción del Ejecutivo

Ese veto general ha provocado que el Gobierno haya decidido solicita ayudas a la Unión Europea (UE) para el sector hortofrutícola. La ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, informó ayer de esta reivindicación justo después de reunirse con representantes de las principales cooperativas agro-alimentarias. "Vamos a crear una comisión de seguimiento, pero quiero dejar claro que España no consentirá que se siga haciendo daño gratuitamente al sector". La ministra aseguró que el problema no está en el origen, como ha puesto de manifiesto la Comisión Europea, y apuntó que planteará la posición española a la ministra alemana del ramo en el Consejo Europeo informal de hoy en Hungría. "Hay que tomar cartas en el asunto", agregó.

El secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, se postuló en términos similares y dijo que el Gobierno sopesa pedir una "indemnización" a la UE para compensar las pérdidas ocasionadas por el bloqueo. López Garrido insistió en que el veto no está justificado porque no hay pruebas de que el origen del brote infeccioso esté en España. Por su lado, la ministra de Sanidad, Leire Pajín, pidió ayer "prudencia" a las instituciones europeas "porque con su actuación pueden estar perjudicando a nuestros productores y eso no lo vamos a consentir".

En total, 14 personas han muerto ya por el brote infeccioso en Alemania. Cuatro de ellas fallecieron ayer y se suman a las 10 que perdieron la vida la semana pasada desde que se detectó la infección. En concreto, las muertes se deben al síndrome urémico hemolítico (SUH) que provoca este germen patógeno y que causa insuficiencia renal, anemia hemolítica microangiopática, trombocitopenia, defectos de coagulación y signos neurológicos variables.

Los casos de infección ascienden a 1.200 y los afectados por el SUH son ya 352, según el Instituto Robert Koch de Berlín. El ministro alemán de Sanidad, Daniel Bahr, alertó ayer de que el foco continúa activo y "lamentablemente hay que contar con un creciente número de casos".