La canciller alemana, Angela Merkel, quiere que se unifique la edad de jubilación y las vacaciones en los distintos países de la Unión Europea (UE), entre ellos España, en vista de las grandes diferencias que, en su opinión, existen, aunque la realidad, al menos en lo referente a España, es muy diferente y así se apresuró ayer a remarcarlo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. La canciller criticó las jubilaciones anticipadas y los periodos vacacionales en algunos países en un acto de la Unión Cristianodemócrata (CDU), que preside. No se trata sólo de no endeudarse más, "sino de que en países como Grecia, España, Portugal no se puedan producir jubilaciones antes que en Alemania" y "de que todos se esfuercen un poco de igual manera, esto es importante". "No podemos tener una divisa (común) y que unos tengan muchas vacaciones y otros muy pocas. A la larga esto no funciona", dijo Merkel.

Alemania está prolongando la edad de jubilación paulatinamente de 65 a 67 años y la legislación establece en este país unas vacaciones anuales mínimas para los trabajadores de 20 días laborables al año, aunque según los convenios llegan a los treinta, es decir, muy parecidas a las que realmente se disfrutan en España, un país donde la jornada media anual está en 1.653 horas, frente a las 1.389 de Alemania, según la OCDE. Además, la reciente reforma de las pensiones ha elevado la edad de jubilación en España de 65 a 67 años. No obstante, la edad real en que dejan de trabajar los españoles se sitúa de media en 62,8 años, frente a los 61,5 de los germanos.

Merkel reiteró la solidaridad de Alemania con Grecia a la hora de que el país heleno supere su crisis de deuda y presupuestaria, aunque ligada a duras negociaciones. "Por supuesto que apostamos por el euro y naturalmente no deseamos que fracase y que [una crisis así] nos arrastre a todos", dijo en el mismo acto. Pero añadió que "no podemos ser simplemente solidarios y decir que esos países pueden seguir actuando como hasta ahora".

El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, aseguró ayer que la homogeneización de los mercados laborales en Europa "es importante", pero indicó que ello no debería significar una "convergencia estricta". "Yo creo que la homogeneización de aspectos del mercado laboral es un aspecto importante, pero no creo que esto signifique convergencia estricta como en muchos otros aspectos tampoco hay convergencia estricta", subrayó Campa al ser preguntado por la propuesta de Merkel. Campa recalcó que el Gobierno es partidario de reforzar la integración institucional europea en distintas áreas económicas, ya que la "salida de la crisis es más Europa". En este sentido, recordó que se "ha avanzado mucho" en las libertades de circulación de bienes, personas, capitales y servicios, pero trasvasar estos avances al terreno laboral no debe suponer una total homologación de las condiciones, igual que no lo ha supuesto en muchos otros aspectos.

El líder de Izquierda Unida, Cayo Lara, declaró que "Merkel lo que lleva es su hoja de ruta: estar al servicio de las grandes multinacionales y de sus grandes bancos". "Ahora quieren ir a por las pensiones porque quieren que la gente contratemos fondos privados", advirtió.

Las críticas de la canciller alemana enfurecieron ayer a la izquierda portuguesa, que reprochó a la política germana no haber comparado también los salarios con los de su país.