El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cree "muy importante" que se culmine "cuanto antes" la reforma de la negociación colectiva y así se lo transmitía anoche a los dirigentes de la patronal CEOE y de los sindicatos CCOO y UGT, quienes le informaban de los avances logrados durante las últimas reuniones. Zapatero convocaba anoche en La Moncloa al presidente de la CEOE, Juan Rosell, y a los secretarios generales de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, para que le informasen de cómo van sus negociaciones y en qué fechan tienen previsto cerrar el acuerdo que, según fuentes oficiales del Gobierno, será "definitivo" próximamente. A este encuentro también se sumó el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez.

De la reunión, que se cerró a medianoche, estaba previsto que saliera el compromiso de todos para agilizar la negociación de la reforma, que permitirá a las empresas adaptarse a las circunstancias económicas y reactivar la economía y la creación de empleo. El vicepresidente primero y ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalbaca, ya ha advertido de que la idea del Ejecutivo es que a finales de mes vaya al Consejo de Ministros la ley que incluya la reforma de los convenios colectivos.

La previsión de los sindicatos es que no podrá firmarse hasta después del 25 de mayo, cuando la CEOE ha convocado a sus órganos de dirección para que den su aprobación.

A pesar de los avances, todavía no existe un texto cerrado, según los distintos portavoces de los empresarios y los sindicatos. Entre los avances logrados, Toxo y Méndez resaltaban ayer por la mañana que se ha acordado con la CEOE que la prórroga automática de los convenios colectivos expirados (la llamada ultraactividad) se determine individualmente, en función de las características de cada convenio.

Sin embargo, eludieron precisar durante qué horquilla de tiempo tendrá efecto la ultraactividad y destacaron que la idea es que cada empresa ponga un límite a esa prórroga para agilizar la negociación.

Moncloa emitía un escueto comunicado ya de madrugada en el que citaba que "los asistentes a la reunión han constatado los avances producidos en dicho proceso y han coincidido en su voluntad y su convicción de que se alcanzará un acuerdo definitivo y concreto en los próximos días".

También hay consenso en que sean los convenios sectoriales y autonómicos los que vertebren la negociación colectiva, aunque hay divergencias sobre cómo va a actuar el de empresa. Donde todavía no se ha desatado el "nudo", según el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, es en otro de los grandes temas que incluiría la reforma: la flexibilidad interna de las empresas para adaptarse a los distintos ciclos económicos.

La CEOE defiende que los empresarios puedan, ante situaciones adversas, modificar unilateralmente salarios, horarios e incluso el lugar del trabajo, a lo que los sindicatos se niegan y piden que ellos participen en esa toma de decisiones. Paralelamente, los empresarios, los sindicatos y Trabajo están negociando en otra mesa sobre las mutuas de accidentes de trabajo y sobre el absentismo laboral, donde también las partes dicen haber logrado avances.

Entretanto, y a pesar de las flecos que quedan pendientes, los máximos órganos de dirección entre congresos de CC OO y de UGT autorizaron ayer a sus negociadores a que firmen con la CEOE las distintas reformas siempre que se cumplan unos parámetros.