Una reestructuración de la deuda puede tener consecuencias "devastadoras" para Grecia y conducir a una contracción "sin precedentes" de la economía, bancarrotas bancarias y una "masiva restricción del crédito", dijo hoy el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn.

Rehn hizo una encendida crítica a esta posibilidad ante el pleno de la Eurocámara en Estrasburgo (Francia), tras los llamamientos de varios eurodiputados contrarios a que la UE "malgaste" el dinero de los contribuyentes en un segundo rescate si Grecia no puede volver a financiarse normalmente en los mercados en 2012, como está previsto, debido a los altos intereses que se siguen pagando por sus bonos.

"Hay dos soluciones posibles, la reestructuración de la deuda griega y de todos los países con problemas o una salida de la zona euro que permita a Grecia volver a respirar", defendió la eurodiputada ultraderechista del Frente Nacional francés (FN), Marine Le Pen.

"Suena muy fácil y necesario, pero debo decir que los que proponen la reestructuración de la deuda soberana parecen ignorar los efectos potencialmente devastadores para la estabilidad financiera del país y el conjunto de la zona euro", contestó Rehn.

Según las estimaciones del comisario, una reestructuración de la deuda helena podría afectar a muchos contribuyentes europeos a través de los fondos de pensiones que poseen obligaciones griegas, pero también a los inversores institucionales y a muchos bancos del continente.

Los bancos griegos -que poseen 48.000 millones de deuda soberana de su país, de acuerdo con Rehn- serían los más dañados, al ver "seriamente erosionada su base de capital".

El comisario finlandés explicó que, "por ejemplo, una quita del 30 % sobre el valor del bono significaría que gran parte del sector financiero griego acabaría infracapitalizado, mientras que una quita del 50 % abocaría a gran parte del sector a la insolvencia".

"Incluso una severa quita del 50 % sería insuficiente para reducir la deuda griega por debajo del 100 % del PIB", según Rehn, quien dudó de que algún inversor quisiera seguir prestando dinero a Grecia al día siguiente de una reestructuración.

Asimismo, la reestructuración puede implicar una recesión "sin precedentes" en Grecia, a juicio de Rehn, como ocurrió en Argentina, donde el Producto Interior Bruto (PIB) se redujo a la mitad en cinco años.

"Grecia todavía está viviendo por encima de sus posibilidades y la clave es que tiene que empezar a ganar más de lo que gasta. Una reestructuración de la deuda no resolvería este hecho fundamental", defendió el comisario, quien opinó que la receta es lograr un superávit público del 5 % durante varios ejercicios.

En un discurso más encendido de lo habitual para este político, Rehn se declaró "extremadamente preocupado" por la deriva que han tomado "los debates políticos nacionales" en el norte y el centro de Europa en contra de los rescates, lo que se ha visto "reflejado" hoy en el Parlamento Europeo.

"Hay fatiga política en el norte y centro de Europa para apoyar a los países con problemas y en el sur para hacer las reformas necesarias", dijo Rehn, quien señaló que es necesario "encontrar juntos la energía para luchar contra esta fatiga".

El comisario consideró que "la crisis soberana tiene implicaciones en el euro y el futuro de Europa,", que se encuentra en un "momento crítico", por lo que pidió que se construya "por encima de estas divergencias para salvar" el continente.

"Necesitamos tomar las decisiones necesarias para evitar otra crisis incluso peor y permitir a toda Europa recuperarse", subrayó el comisario.

Rehn compareció en la Eurocámara en sustitución del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que ha viajado a Berlín para discutir sobre la crisis griega con la canciller alemana, Angela Merkel.