El gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, aseguró ayer que los inversores y los mercados deben tener claro que al final del proceso de recapitalización todas las entidades españolas cumplirán con los requisitos de capital exigidos por el Gobierno (8% ó 10%), incluida Caja Mediterráneo (CAM), que tras la ruptura de su alianza con Cajastur ya ha iniciado los trámites para recibir ayudas públicas.

De esta forma, Fernández Ordóñez salía al paso de los rumores y los comentarios de los últimos días sobre una posible intervención y dejaba claro que la caja alicantina no se encuentra en ningún proceso excepcional, sino que sigue los mismos pasos que el resto de entidades a las que el pasado 10 de marzo se les comunicó que no alcanzaban los nuevos mínimos de solvencia marcados por el Ejecutivo central.

Así, defendió que el proyecto de recapitalización de la CAM se va a tratar como cualquier otro e insistió en que "hay que tratar de que todas las entidades acaben con un 10% de capital". Sobre la mejor alternativa para que la entidad presidida por Modesto Crespo alcance este ratio, el gobernador del Banco de España no quiso pronunciarse ya que, según recordó, no le corresponde a esta institución elaborar los planes de negocio. No obstante señaló que "si se consigue de forma privada sería bienvenido".

Con estas palabras aludía a la posibilidad de que la CAM consiguiese cerrar un acuerdo a tres bandas que incluyese la participación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y de otra entidad, lo que abriría las puertas a una alianza con alguna caja de tamaño medio, como Ibercaja o Unicaja. Lo que ayer rechazaron de plano tanto el Banco de España como la propia Caja Mediterráneo es que se estudie la posibilidad de dividir la entidad para vender paquetes de oficinas, tal y como aseguraba el pasado lunes una información difundida por la agencia EFE.

En cualquier caso, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, tras señalar que la reforma en las cajas de ahorros y su sometimiento a la transparencia y disciplina del mercado se debería haber acometido antes, en los buenos tiempos y no en medio de la crisis, dejó claro que "lo importante de cara a los inversores es que cualquier resultado tenga el 10% o el 8% de capital".

El gobernador recordó que tras la ruptura del SIP Banco Base hay trece proyectos de capitalización que el Banco de España debe valorar en lugar de los doce iniciales.

Fernández Ordóñez añadió que ahora hay que presentar nuevos proyectos, que minimicen el uso de los recursos públicos, que sean serios y que no tengan un inversor "que venga hoy y se marche mañana". "Los planes de negocios deben ser rigurosos porque van a ir a la Comisión Europea y van a ser muy exigentes", apostilló.

En cualquier caso, resaltó que el Banco de España "va a estudiar todas las estrategias, va a hacer las modificaciones necesarias, hará un plan de negocio y verá lo que hay" y eludió pronunciarse sobre qué entidades están mejor posicionadas para adquirir a la caja alicantina.

En este sentido, defendió que el Real Decreto de Recapitalización o la reforma de las pensiones, entre otras, han supuesto un cambio importante en la percepción de la situación de España, como demuestra, entre otros factores, que los mercados han vuelto a abrirse.

"El juicio es favorable", insistió el gobernador, quien añadió que al final para los inversores es importante el esfuerzo de saneamiento de las entidades y la reestructuración. Asimismo, señaló que en la medida en que las entidades sigan con el saneamiento, reestructuración y con la garantía de que no tienen que esperar a 2019 para cumplir con el capital, la situación de los mercados se normalizará.

Gesto de apoyo

Las declaraciones del Gobernador del Banco de España fueron muy bien recibidas en todos los estamentos de la entidad alicantina, que las consideraron como un claro gesto de apoyo a la caja. Así, los consejeros de la entidad consultados confían en que aporten "sosiego" y transmitan "confianza a clientes e inversores". A su juicio, Miguel Ángel Fernández Ordóñez corroboró ayer "lo que venimos diciendo desde el viernes, que si el Banco de España acepta nuestra solicitud de ayudas en porque ve que somos viable", señaló uno de los consultados.

También desde el sindicato mayoritario de la entidad, el Sicam, destacaron la "normalidad" que aportan las palabras de Fernández Ordóñez a la situación que vive la caja, y señalaron el esfuerzo que está realizando la plantilla para explicar a los clientes que la entidad continúa su rumbo en solitario.

Por otra parte, los representantes de CAM, Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura continuaron ayer con sus reuniones para disolver la fusión, sin demasiados avances. Así, ayer seguían sin ponerse de acuerdo sobre quién se quedará con la ficha de Banco Base, ya que tanto la CAM como el resto de cajas la desean para acelerar la tramitación de sus nuevos proyectos.

La patronal de la banca critica las ayudas a la cajas

El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Miguel Martín, afirmó ayer que hay "intranquilidad" en los mercados y aumenta el riesgo que se puede percibir del sistema financiero español cuando hay entidades que no son capaces de salir por sí mismas de la situación en la que se encuentran. Sin mencionar directamente a la CAM, Martín respondió así a los periodistas que le preguntaron cómo afectaba la situación de la caja alicantina a la percepción de los inversores. No obstante, poco antes de su intervención en un foro económico, Martín ironizó que "con capital público cualquier entidad es capaz de cumplir cualquier requerimiento". Sobre la posibilidad de que los bancos entraran en el capital de las cajas, el presidente de la patronal bancaria insistió en que "siempre" han dicho que ocurrirá "sólo en el caso que nos lo pidan" porque los bancos "nunca hemos querido intervenir en el proceso de reestructuración", aseguró. En los últimos días se ha publicado que las entidades a las que podrían interesarles comprar la CAM estarían exigiendo un esquema de protección de activos para protegerse frente a posibles pérdidas. efe madrid