La fusión de Cajastur con CAM, Caja Extremadura y Caja Cantabria no se llevará a efecto. Ayer quedó rota de forma irreversible esta alianza que iba a constituir el quinto grupo financiero más importante de España. Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria, cuyas asambleas rechazaron casi por unanimidad la fusión, retomarán previsiblemente las conversaciones en las próximas horas para replantear el proyecto sin Caja Medierráneo y no es descartable que intenten incorporar a otro u otros socios para ganar tamaño.
La CAM, por contra, en la asamblea celebrada por la mañana había aprobado la segregación de activos y proseguir con la alianza del Banco Base, algo que ya era conocido por las tres cajas antes de iniciar sus respectivas asambleas.
El rechazo a la alianza con CAM fue masivo en las tres cajas que habían promovido en origen la fusión, a la que luego se incorporó la alicantina. En Cajastur hubo 277 votos en contra de la fusión y una abstención. En Caja Extremadura se produjeron 151 rechazos a la operación y sólo dos apoyos. Y, en Caja Cantabria 90 miembros de la asamblea exigieron la ruptura de los acuerdos y sólo cuatro se inclinaron por proseguir con ella. Aunque la decisión la adoptaron las tres cajas, hubiera bastado que sólo una de ellas se hubiera manifestado en contra para que se hubiera truncado la fusión.
Las tres entidades rechazaron la segregación de sus activos y pasivos a favor del Banco Base, en los términos del proyecto de segregación de fecha 3 de febrero de 2011 y los informes de administradores emitidos al efecto. Tampoco han autorizado el ejercicio indirecto de la actividad financiera a través de Banco Base.
Esta decisión supone la ruptura del Sistema de Protección Institucional (SIP) que las cuatro entidades pactaron el 23 de mayo de 2010 y se adoptó tras las diferencias surgidas entre CAM y las otras tres entidades ante la solicitud por Banco Base de 2.784 millones de euros al FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), el doble de lo previsto, que se añadiría a un préstamo anterior de 1.493 millones.
La nueva entidad pidió esta cantidad, que implicaría la práctica nacionalización del grupo dado que el Estado controlaría el 45%, ante la necesidad de capital para someterse a los exámenes europeos de solvencia.
Antes de la asamblea de Cajastur un miembro del consejo de administración señaló que la posible continuidad del proceso de fusión entre Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura se resolverá, al igual que en el caso del resto de entidades, "en la segunda vuelta" del proceso de reestructuración de las cajas abierto a nivel nacional.
En este sentido, se ha mostrado convencido de hay "otros socios interesados" en sustituir a Caja Mediterráneo para fusionarse con las tres entidades que ayer paralizaron la creación de Banco Base y mostró su satisfacción por que se estableciese la salvaguarda de condicionarlo a una nueva ratificación de la asamblea antes de transferir el negocio financiero al nuevo banco.
Revilla tilda a la CAM de "manzana podrida"
El presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, consideró que las asambleas de Caja Cantabria, Caja Extremadura y Cajastur han hecho "lo correcto" al rechazar continuar con el proyecto del Banco Base junto a la CAM, porque "es mejor" que el grupo sea menor pero solvente a "tener una manzana podrida". Revilla declaró que el rechazo de las asambleas de las tres cajas a seguir con el Banco Base ha sido una "sorpresa" y se produjo porque "al final las cuentas no estaban claras". Por su parte, el presidente del Principado de Asturias, Vicente Álvarez Areces, calificó de "lógica" la decisión adoptada por la Asamblea de Cajastur y señaló que, en caso contrario, la entidad acabaría siendo prácticamente privatizada, dado el riesgo que suponía duplicar la ayuda que necesitaba del FROB. Horas antes que se produjera la rotura del SIP, el presidente del PP de Extremadura, José Antonio Monago, aseguraba que Caja Extremadura tenía que dejar la fusión fría ya que la entidad "no está para problemas", sino para soluciones. efe/europa Presssantander/Oviedo/madrid
