El presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, aseguró ayer que existen "pocas dudas" de que la necesidad de implementar planes de consolidación fiscal creíbles a medio plazo es algo válido actualmente para los países industrializados y apostó por recortar el gasto público y subir los impuestos para hacer frente a los problemas de endeudamiento, al mismo tiempo que rechazó las opiniones de aquellos que consideran necesario mantener las medidas de estímulo fiscal durante un tiempo.

En una columna de opinión publicada en "Financial Times", Trichet señaló que ahora se ve como "desafortunado" el mensaje "simplista" de los estímulos fiscales dado a todas las economías industriales bajo el lema: "¡Estimular, activar, gastar!". "Un gran número afortunadamente tenía margen para maniobrar, otras tenían poco margen y algunas no tenían ninguno y deberían haber empezado ya la consolidación. Siempre se deben adaptar estrategias específicas a las economías individuales", añadió.

En esta línea, confió en que los gobiernos "confirmen su determinación de consolidar sus finanzas públicas". "Este compromiso es hoy tan importante para el paradigma del G20 de un crecimiento fuerte sostenido y equilibrado como lo fueron ayer sus decisiones excepcionalmente audaces para evitar la depresión", recalcó. Asimismo, el presidente del BCE consideró "alentador" el consenso que existe respecto a la necesidad de adoptar estrategias fiscales creíbles y de llevar a cabo una reforma profunda del sector financiero, y celebra la "fuerte unidad" en lo relativo a hacer frente a los desequilibrios fiscales. Sin embargo, asumió que existen diferencias en cuanto al calendario, ya que algunos argumentan que sería deseable mantener o incluso incrementar los desequilibrios fiscales para no poner en peligro la recuperación económico, mientras que otros afirman que la consolidación fiscal tendrá un impacto negativo en la economía global frenando el crecimiento.

Trichet afirmó que no está de acuerdo con ninguno de estos puntos de vistas y subraya que existen razones para poner en marca estrategias de consolidación fiscal bien diseñadas en los países industriales para consolidar la recuperación. Asimismo, recalcó que experiencias anteriores demostraron los beneficios a largo plazo de reducir los desequilibrios fiscales e insistió en que el éxito de una estrategia de consolidación fiscal depende de su diseño.

Por otro lado, reconoció que la crisis hubiera sido mayor sin la contribución de las políticas fiscales y la labor de los bancos centrales, pero insiste en que "es hora de restaurar la sostenibilidad fiscal". Así, subrayó que la deuda pública crecerá más de 20 puntos porcentuales entre 2007 y 2011 en la eurozona debido al aumento del gasto, la división de los ingresos fiscales y las medidas adicionales para prevenir el colapso del sector financiero.