El Banco de Sabadell, inmerso en un proceso de fusión con el Guipuzcoano, ha hecho saber al Banco de España su interés por hacerse con el control de la CAM, mediante la adquisición de cuotas participativas con derechos políticos, en el caso de que fracase la integración de la entidad alicantina en el SIP que lidera Cajastur y del que también forman parte las cajas de Extremadura y Cantabria. Cajamurcia, por su parte, aunque formalmente no ha entrado en ninguna puja, está también a la espera de ver cómo se desarrollan los acontecimientos.

El consejo que la CAM celebrará el lunes es crucial para todos. El Banco de España presentará hoy los resultados de los llamados "test de estrés", en los que la CAM supera la prueba pero porque sus ratios han sido presentados a Bruselas formando parte del SIP con Cajastur, cuya solvencia cubre la de la entidad alicantina, y contabilizadas las ayudas del Fondo de Reestructuración Bancaria (FROB) que corresponderían a ese SIP. Pero el SIP, en realidad, no está aprobado, ya que el consejo de la CAM rechazó el contrato de integración el pasado 15 de julio, con lo cual a Bruselas España le ha dado por hecho algo que aún no lo está. ¿Qué pasaría entonces si la CAM, el lunes que vuelve a tener consejo, ratifica su rechazo a la "fusión fría" liderada por Cajastur y el SIP se rompe definitivamente? Que se abriría una grave crisis institucional y financiera, pero sobre todo de imagen exterior.

Todas las fuentes consultadas por este periódico coinciden en que, en caso de que eso ocurriera, la entidad que peor parada saldría sería la CAM, pero también sufriría daños el Banco de España, obligado a explicarse en Bruselas en una posición muy delicada, y Cajastur, que seguiría siendo una de las cajas más solventes de España, pero perdería la oportunidad, de momento, de liderar el que sería el quinto grupo financiero español. Y si se da ese escenario de ruptura, ¿qué mecanismos se pondrían en marcha para salvar una situación tan delicada?

Los expertos consideran que, en caso de que la CAM siga votando contra el SIP, el Banco de España no iría de inmediato a la intervención, por el coste de imagen que una medida así tendría. Lo que sí haría es garantizar a Bruselas que la situación se reconduciría en cuestión de días y ordenar, esta vez ya oficialmente, a la CAM su absorción por otra entidad. De no cumplir esa orden, entonces sí que la intervención sería inmediata, tal como ha ocurrido con Cajasur por su negativa a fusionarse con Unicaja como le había impuesto el organismo supervisor. En definitiva, según las fuentes consultadas, el Banco de España no intervendría en primera instancia, pero tampoco admitiría que la CAM abriera un nuevo proceso de negociación: le diría con quién tiene que irse en términos prácticamente de absorción.

Esa adjudicación de la CAM por parte del Banco de España podría ser a la propia Cajastur, pero también a otra entidad, ya que de hecho el Banco de España, en la única situación que puede servir de precedente, no adjudicó Cajasur a Unicaja, sino a la BBK vasca. Consciente de todo ello, el Sabadell ha presentado su "candidatura", aunque en medios financieros no se considere que tenga muchas opciones, y Cajamurcia ha manifestado su "receptividad", aunque sin entrar en competencia con Cajastur.

En medio de esta situación, las negociaciones entre Cajastur y la CAM, con el Banco de España como actor también en la representación, van a sucederse para tratar de evitar, si aún es posible, el estallido definitivo del SIP con el perjuicio que para todo el sistema provocaría.