La CAM reanunda esta semana las negociaciones con su socios de en el SIP (Cajastur, Caja Extremadura y Cantabria Cantabria) para intentar alcanzar un acuerdo definitivo que permita salvar la alianza en la que hace dos meses decidieron embarcarse y que a finales de la pasada semana atravesó momentos críticos por la pretensión de la asturiana de tener poderes irrevocables en el nuevo grupo. La negociación se presume intensa y ayer la entidad no tenía previsto celebrar esta semana una reunión del consejo.
Estos días se presentan claves para la operación, una vez que el pasado viernes el Banco de España decidiera mediar para reconducir la situación e instara a las cajas a seguir dialogando, después de que -tras la celebración de los consejos de las cuatro entidades- se evidenciara que las posturas de las dos que lideran la operación -la CAM y Cajastur- aún siguen enfrentadas.
El proceso atravesó su periodo más complicado a finales de la pasada semana, cuando el consejo de Caja Mediterráneo mostrara su decisión "firme e inequívoca" de integrarse en el Sistema Institucional de Protección (SIP), pero rechazara por unanimidad acceder a la imposición del que será el futuro consejero delegado del nuevo grupo y presidente de Cajastur, Manuel Menéndez, de tener poderes irrevocables -en contra de lo pactado en el protocolo- y por los doce años que duraría su mandato. El preacuerdo sí establece que el mandato sería de seis años prorrogable por otros seis, en el caso de que las cajas no se pusieran de acuerdo sobre la persona que le sucedería en el cargo.
Esta contundente negativa del máximo órgano de la CAM fue replicada por la asturiana, que difundió que la "fusión fría" estaba "en peligro", al borde de la ruptura, una situación que, sin embargo, no entra en los planes del Banco de España.
Sin previsiones de fechas
Fuentes de la CAM aseguraron ayer que las negociaciones se intensificarán esta semana y que "a fecha de hoy (por ayer), no hay convocado consejo extraordinario esta semana". Incluso tampoco hay previsión para la reunión del consejo ordinario, que habitualmente se celebra los penúltimos jueves de cada mes.
Una muestra de lo complicado que se presenta la situación actual es el baile de fechas que para la reunión de los consejos manejaban ayer vocales y la propia entidad. Las previsiones cambiaban por horas. Un ejemplo. Un portavoz autorizado de la CAM preveía, por la mañana, la celebración de la reunión ordinaria mensual para el día 29 y por la tarde modificaba radicalmente la previsión y aseguraba "que no hay fecha ni para el extraordinario, ni para el ordinario".
Defender el acuerdo
En estos días, el equipo negociador de Caja Mediterráneo -que encabeza su presidente, Modesto Crespo- "tiene que defender el último acuerdo del del máximo órgano de la entidad, que no es otro, que no ceder a las exigencias de poderes irrevocables de Menéndez", según aseguraban ayer varios vocales.
El consejo entiende que las pretensiones de mando absoluto del asturiano -sin el control de la junta del nuevo grupo- van en contra del código de buen gobierno y rompen con el equilibrio de poder, firmado en el protocolo, entre las dos cajas que lideran la fusión.
Tanto la CAM como Cajastur tendrán en el SIP un 40% -pese a que la primera duplica en tamaño a la segunda-, mientras que Caja Extremadura y Caja Cantabria se reparten el 11% y 9%, respectivamente.
Vocales de peso en el consejo han criticado la gestión de la negociación que lidera Crespo. Incluso, algunos consideran que el mandatario de la CAM -que será el presidente del SIP durante doce años- debería haber dimitido el pasado jueves, después de que fracasara su intento de que el contrato de integración en el SIP se aprobara íntegro.
El consejo, sin embargo, voto por unanimidad rechazar la pretensión de mando absoluto, sin control de la junta, que reclama el ejecutivo Menéndez. Este acuerdo ha sido respaldado por los sectores empresariales, políticos y sociales de la provincia, según manifestaron sus principales representantes, una vez conocida la decisión del máximo órgano de la entidad.
