El presidente de la patronal autonómica Cierval, Rafael Ferrando, lamentó ayer las "fusiones frías" llevadas a cabo por la CAM y Bancaja al considerar que "se han perdido los centros de decisión". Por ello, Ferrando reclamó que se mantengan "sus actuales estructuras" con el fin de garantizar su cercanía con las pymes, de cara a la financiación. Durante la celebración de la asamblea general de la patronal, el presidente de los empresarios autonómicos incidió en que los procesos de fusión, mediante Sistemas Institucionales de Protección (SIP), que han llevado las dos grandes cajas de la Comunidad "no son" los que deseaban los empresarios porque supone "perder" los centros de decisión y las empresas, sobre todo las pymes, "necesitan mantener esa relación de proximidad, especialmente en estos momentos en los que el banco de España anuncia un agravamiento de la situación crediticia

En otro momento de su discurso, Ferrando reiteró que "los procesos que han vivido nuestras entidades financieras CAM y Bancaja no son, obviamente, los que deseábamos. Lo hemos dicho por activa y por pasiva. Llevamos décadas demandando entidades de ahorro fuertes, con centros de decisión radicados en la Comunidad y ahora vamos a perderlos".

Los empresarios consideran clave que dentro de los acuerdos SIP que se desarrollan, "se incluya el mantenimiento de la estructuras actuales", próximas y cercanas, que permitan a las pymes acceder a la financiación, resaltó, de nuevo, el dirigente empresarial.

El SIP de la CAM

En el caso de la "fusión fría" que lideran la CAM y Cajastur y en la que participan las cajas de Extremadura y Cantabria, las negociaciones para cerrar el contrato de integración en el SIP siguen bloqueadas, pese a que los equipos técnicos de las entidades siguen manteniendo reuniones para intentar alcanzar un acuerdo.

Un indicador del estancamiento es que a día de ayer las cuatro cajas no habían convocado a sus consejos de administración para someter a aprobación el contrato de integración en el SIP, pese a los proyectos iniciales de celebrar las sesiones mañana, jueves.

En el caso de la CAM, la previsión de la convocatoria se complicó el pasado lunes, tras una reunión de la cúpula de Caja Mediterráneo en la que el "núcleo duro" de la entidad reiteró al presidente, Modesto Crespo, y al director general, Roberto López, su rechazo a la alianza a través del SIP, si el presidente de Cajastur y futuro consejero delegado del grupo, Manuel Menéndez, insiste en "blindarse" y tener plenos poderes -con carácter irrevocable- de la junta universal del nuevo banco a que dará lugar la alianza financiera.

Gran parte del consejo de administración de la CAM no está dispuesta a transigir con esta condición. La pretensión de Menéndez de tener plenos poderes no está contemplada en el protocolo de intenciones del SIP. La CAM entiende, además, que esta exigencia va en contra del código de buen gobierno que quiere imponer el Banco de España y que no es habitual en el sector privado, donde los poderes de los consejeros delegados pueden ser revocados por las juntas de accionistas, si así lo consideran

El preacuerdo sí prevé que el presidente de Cajastur sea el consejero delegado del nuevo grupo por un periodo de seis años, prorrogable por otros seis si las entidades no se ponen de acuerdo sobre su sutituto, lo que le "blindaría" en el cargo hasta 2022.

Distintas fuentes consultadas aseguran que las reuniones entre los directivos y equipos técnicos de las cajas continúan porque la voluntad de las entidades es poder alcanzar un acuerdo. El caso contrario -que daría al traste con el SIP- es un supuesto que no contemplaría el Banco de España, que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez.