El jefe del Consell, Francisco Camps, se escudó ayer en el "sentido de Estado" y "de nación" para justificar la pérdida de Bancaja como plaza financiera regional autónoma tras su integración en el Sistema Institucional de Protección (SIP) que lidera Caja Madrid. Camps recibió ayer a los máximos responsables de las entidades que integran la fusión fría más amplia en activos de cuantas se han conformado con la reestructuración financiera impulsada por el Banco de España.

En una breve comparecencia en la que sólo habló Camps y no se admitieron preguntas, el jefe del Consell dijo sentirse "muy honrado" por la operación financiera "por el sentido de Estado y de nación que conlleva una apuesta de estas características". Esta afirmación va en la línea del discurso político elaborado tanto desde la Generalitat como desde la propia Bancaja de que la fusión fría con Caja Madrid, Caja Insular de Canarias, Caixa Laietana, Caja Ávila, Caja Segovia y Caja Rioja supone configurar el tercer grupo financiero del país y el primero entre las cajas de ahorro.