La tercera mayor suspensión de pagos de la historia de España ha cogido de lleno a las dos principales cajas valencianas. El concurso de acreedores de Sacresa ha enganchado al Grupo Bancaja con prestamos otorgados a la patrimonial de la familia Sanahuja por valor de 96 millones de euros. Bancaja dio créditos a la inmobiliaria por 78,2 millones de euros, mientras que el Banco de Valencia, controlado por la entidad que preside José Luis Olivas, firmó préstamos por 17,8 millones de euros.

Tampoco la CAM se ha librado del desplome de la empresa de los que fueron socios mayoritarios de Metrovacesa (también en concurso de acreedores). La caja alicantina tiene riesgos vivos con Sacresa por 73,7 millones de euros, según publicaban ayer diarios económicos. En total, la deuda de Sacresa con las dos principales cajas valencianas ascienda a casi 170 millones de euros.

La suspensión de pagos del deudor obligará a ambas entidades y al Banco de Valencia a provisionar el 100% de los préstamos. Si no lo han hecho ya, estas cantidades puede mermar notablemente sus cuentas de resultados. Las dos andan ahora en pleno proceso de negociación con Caja Madrid (Bancaja) y Cajastur (CAM) para cerrar fusiones virtuales y tratar de estabilizar sus balances compartiendo riesgos.

La quiebra de la promotora inmobiliaria Sacresa es una nueva muestra del nivel de implicación de ambas cajas en el sector inmobiliario, tremendamente castigado por la crisis económica y el derrumbe del sector de la construcción y la venta de pisos. El concurso de acreedores de Sacresa se produce después de que varias entidades se hayan negado a refinanciar deuda. La mayor carga de créditos corresponde al Royal Bank of Scotland, con 318,1 millones de euros. La entidad británica fue intervenida por el Estado por sus problemas financieros.