Madrid vivió ayer una jornada de "tranquilidad" en su subsuelo, con andenes y vestíbulos de Metro vacíos, y de enfado y nervios de dos millones de madrileños que no consiguieron llegar a tiempo a sus destinos por la huelga "salvaje" de los empleados del suburbano, que sumieron a la capital en el caos.

"No se presta servicio. Abandonen la estación" era el soniquete que desde las seis de la mañana despertaba en los andenes a los primeros usuarios del Metro, la mayoría advertidos pero esperanzados en que los trabajadores no cumplieran su amenaza de incumplir los servicios mínimos. A partir de ese momento, las calles de Madrid se fueron llenando de impacientes ciudadanos que trataban de buscar un modo de llegar a la cita médica, a la guardería, al aeropuerto, a la Renfe y, sobre todo, a trabajar. Y es que en las paradas de autobuses, de taxis y en los andenes de Cercanías los madrileños se agolpaban, y sus respectivos trabajadores se afanaban en trasladar al mayor número de ciudadanos posibles.

Hacia el mediodía, los trabajadores del Metro, conocedores de lo que estaba ocurriendo en la superficie de la ciudad anunciaban que mañana la historia se repetirá. Un hilo de esperanza asomó a primera hora de la tarde cuando una veintena de "antidisturbios" del suburbano llegaron a la estación de Nuevos Ministerios y se desplegaron por vestíbulos de la Línea 8, la que enlaza el corazón financiero con el aeropuerto de Barajas. La reanudación del servicio en esta Línea corrió por Madrid como la pólvora pero ninguno de los conductores dio un paso al frente y los convoyes se quedaron en vía muerta.

Ante el temor de que se produzca una huelga indefinida, la Comunidad de Madrid anunció que las líneas de autobuses privados que refuerzan los servicios de Cercanías y de ETM estarán preparadas para funcionar hoy. El debate ante el incumplimiento de los servicios mínimos se trasladó hacia el Gobierno y varios ministros, como la de Economía, Elena Salgado y el de Trabajo, Celestino Corbacho, hicieron hincapié en que la huelga ha de ser compatible con el derecho de los ciudadanos a la movilidad.