Las protestas protagonizadas el sábado en contra del G20 dejaron un total de 480 detenidos, según informó ayer la policía, quien añadió que la ciudad permaneció tranquila en la mañana de ayer.

El alcalde de Toronto, David Miller, compareció en las televisiones para mostrar su descontento por la violencia registrada el sábado en las protestas, que atribuyó a la presencia de "criminales". "No son activistas, son criminales", insistió. La situación provocó que la delegación española, incluido el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tuviese que pernoctar en un hotel distinto al que tenían asignado por las dificultades para llegar a su destino original. La policía también confirmó ayer que había detenido a cuatro personas tras aparecer dentro del perímetro de seguridad a través de una alcantarilla. La policía no ofreció detalles sobre la identidad de los detenidos pero tras el incidente, los responsables de seguridad decidieron "asegurar" una veintena de tapas de alcantarilla. Los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes surgieron después de que un grupo de activistas que se autocalificaban de "anarquista" comenzara a protagonizar actos provocativos y de vandalismo. Como resultado, un coche de policía fue atacado, y otro fue incendiado, lo que elevó una columna de humo sobre el centro de Toronto. La policía cargó con gases lacrimógenos y pelotas de goma, lo que causó varios heridos leves.