El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, consideró ayer "absolutamente imprescindible" que el Gobierno cumpla en cualquier circunstancia con su compromiso de acelerar el ajuste fiscal para reducir el déficit, incluso si el escenario económico es peor del previsto. De lo contrario, avisó, puede haber "graves consecuencias" sobre la credibilidad de España en esta materia.

En el discurso de presentación del Informe Anual del organismo, Fernández Ordóñez consideró por otra parte que los signos de recuperación española "son todavía muy débiles" y se sustentan en factores en muchos casos transitorios, por lo que prevé que la vuelta al crecimiento será gradual y tardará en crearse empleo. El gobernador admitió los "indudables costes" que comportarán para la sociedad española los recortes presupuestarios, aunque añadió que éstos "se verán compensados por una mayor protección frente a la estabilidad y una posición más sólida para afianzar la recuperación". En su opinión, el "extraordinario esfuerzo de austeridad asumido por el Gobierno" para reducir el déficit responde a lo "excepcional de la situación" y a la voluntad de enderezar las cuentas públicas para "despejar las dudas que alimentaban el contagio y la inestabilidad". Sobre la reforma laboral subrayó su "gran importancia" porque de ella "depende en gran medida la capacidad de ganar competitividad y generar empleo". También recordó que quedan "importantes ajustes" pendientes sobre los desequilibrios de la economía española que han de culminar "a la mayor brevedad". Entre éstos citó la necesidad de completar la absorción del exceso de capacidad de la construcción residencial, continuar con el saneamiento patrimonial del sector privado y mejorar la situación competitiva de la economía española.

Exámenes de solidez

Por otra parte, el Banco de España quiere hacer público el resultado de las pruebas de estrés hechas para estimar la solvencia de bancos, cajas y cooperativas en el futuro, con el fin de que los mercados conozcan "perfectamente" la situación del sistema financiero español.

El informe anual de 2009 del órgano supervisor advierte a las entidades de que si al cierre de junio algún proyecto de fusión fracasa o alguna entidad se ve rezagada, el Banco de España actuará "utilizando los mecanismos previstos en la ley del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB)". Dicha ley da amplios poderes al organismo para intervenir una entidad si la considera inviable, al tiempo que permite también apoyar financieramente la reestructuración de entidades.