Los presidentes de Caja Madrid y Bancaja, Rodrigo Rato y José Luis Olivas, respectivamente, aseguraron ayer que su unión a través de un Sistema Institucional de Protección (SIP) les vinculará durante 15 años, frente al mínimo de 10 años que establece la legislación. Además, tampoco descartaron una fusión completa, una vez transcurrido ese plazo.

En referencia al tamaño, Rato aseguró que "no está mal" ser hoy por hoy más grande que La Caixa, pero no confió en que esa posición de ventaja vaya a durar mucho tiempo y dijo que no se va a llevar "ningún disgusto" si retroceden un puesto en la lista. A este respecto, Olivas aseguró que el objetivo de su integración no era "ni echar un pulso ni medirse con nadie".

Por otra parte, Rato descartó que los casi 4.500 millones de euros más intereses que tendrán que devolver al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) vayan a lastrar la cuenta de resultados del SIP. El presidente de Caja Madrid aseguró que los intereses al FROB, de alrededor de 300 millones de euros anuales durante cinco años, se pagarán bien gracias a la sinergias fruto de la integración, que derivarán en el cierre de unas 500 oficinas y en la reducción de su plantilla en unos 3.400 efectivos.