La preocupación por el endeudamiento de los estados de la eurozona y la difícil situación por la que atraviesa Hungría, que admitió haber falseado parte de sus datos económicos, igual que hizo Grecia, hundieron ayer los mercados de todo el continente y llevaron a la moneda única europea a su nivel más bajo en cuatro años. Así, el euro perdió la cota de los 1,20 dólares y todas las plazas europeas cerraron con acusados descensos que encabezó el Ibex español, al perder un 3,8% de su valor, la quinta mayor caída del año.

Por la tarde, el euro cotizaba en Fráncfort a 1,1988 dólares, frente a los 1,2205 dólares del día anterior, después de fluctuar en la negociación europea entre 1,1972 y 1,2216 dólares. Por su parte, la bolsa de Londrés cayó un 1,63%, la alemana perdió un 1,91%, París cedió un 2,86%. El Ibex fue el selectivo más castigado y cerró la sesión por debajo de la cota psicológica de los 9.000 puntos. En concreto, se situó en 8.923 puntos. Bajaron todos los grandes valores, con el BBVA (-6,84%) a la cabeza, seguido por el Santander (-5,78%), Iberdrola (-4,625) o Repsol (-3,11%).

La bolsa de Budapest también descendió un 3,34% y el forinto húngaro bajó hasta su mínimo anual respecto a la divisa europea, después de que el portavoz del nuevo gobierno húngaro comparara la situación del país con la de Grecia. El ejecutivo de Budapest, además, acusó al anterior gobierno de manipular los datos de las cuentas públicas.

Sin crédito, otra vez

El nerviosismo y falta de confianza llevó a los bancos comerciales de la zona del euro a depositar esta semana cantidades récord en el Banco Central Europeo (BCE) ya que la crisis de endeudamiento del área les ha llevado, de nuevo, a no prestarse dinero entre ellos. En concreto, los bancos depositaron en el BCE el pasado miércoles 320.400 millones de euros al 0,25%, una cifra récord desde la introducción del euro en 1999. Ayer, esta cantidad había caído a 299.471 millones de euros, según cifras de la entidad monetaria europea.

La facilidad marginal de depósito es el tipo al que el BCE remunera el dinero a un día (actualmente es el 0,25 por ciento) y generalmente es una tasa mucho más baja que la que los bancos pueden conseguir en el mercado de dinero, si bien es un depósito muy seguro.

La depreciación del euro y las decepcionantes cifras del mercado laboral estadounidense también intensificaron el ánimo vendedor en los mercados de valores. Los inversores consideraron que el dato de la creación de 431.000 puestos de trabajo en mayo en EEUU, que rebaja la tasa de paro del 9,9 al 9,7%, está distorsionado por la contratación de trabajadores eventuales para la elaboración del censo de población y muestra cierta debilidad del mercado laboral. Por esta circunstancia , Wall Street abrió con pérdidas del 2% que hundieron todavía más a la bolsa española, que llegó a perder el nivel de 8.900 puntos.

Los rumores sin confirmar de que el banco francés Societé Generale podría tener cuantiosas pérdidas por la negociación de derivados incidió también la caída de la banca nacional y en el resultado final de la bolsa, que también resultó lastrada por la bajada del petróleo Brent a 73 dólares por barril.

En Europa, todos los sectores empresariales cayeron en bolsa, si bien las pérdidas más acusadas fueron las de los bancos (-3,76%) y aseguradoras (-2,56%). Los bancos de la zona del euro se dejaron ayer en bolsa un 5,47% y las aseguradoras un 3,39%.