Su modelo de cadena hotelera se estudia en las universidades como ejemplo de joven emprendedor. Con 29 años abrió su primer hotel en Pamplona. ¿Hoy se podría hacer?

En mi vida he conocido tres momentos. Uno en 1978 cuando no había hoteles y haciéndolo regular eras capaz de montar una cadena. Horas, dedicación, sentido común, tampoco hacía falta ser Einstein. Muchas horas de trabajo y dedicación. Habrías un hotel y se llenaba. Monté el primer hotel con 3 millones y medio de pesetas de los de entonces. Me llegaron de la lista de bodas, de mi suegro, porque me casé con una señora bien. Nos metimos en un jardin, en un hotel que fue un poco de todos. Mío, de los bancos, del Gobierno de Navarra...era una España que no tenía nada que ver con la de ahora. Estábamos en el siglo XX cuando fundé NH y en el siglo XXI llegó AC, un proyecto más más estudiado.

- ¿Por qué hoteles urbanos. En 1978 España empezaba a despegar como potencia turística?

Mi padre tenía un taxi, luego montó varias gasolineras y en una tenía un hotel. Empecé a trabajar ahí y un día le dije que quería volar sólo y cometí la osadía de montar un hotel en Pamplona. Sin estudios de mercado, había cuatro o cinco hoteles pero no un proyecto definido. Cuando te marchas de casa hay que demostrar que no vas a volver por lo que le pones a todo más entusiasmo.

- AC fue más pensada

Sí, por supuesto, pero en aquel momento todo era así. Cuando yo iba a la Universidad pasaba por un kiosko en el se vendía el diario Pensamiento Navarro y Alcázar y Pedrín. Luego salió Cuadernos para el Diálogo que era la bomba y después Interviú con el que los españoles descubrímos el sexo.

- En medio de la mayor crisis planetaria que se recuerda ¿podría volver a crear una cadena hotelera?

Sería más complicado. Es difícil también comparar épocas. ¿Es lo mismo comparar la crisis con Felipe González con la actual? Pues no. Este país tiene cuatro veces el gasto que tenía, cuatro veces los funcionarios que tenía, aunque tenía un 24% de paro era absolutamente. No obstante creo que sigue habiendo oportunidades pero diferentes. Con el primer hotel te equivocabas y te daba tiempo de cambiar. Ahora te equivocas y te has cargado la compañía. Los planes estratégicos de entonces eran como algo inexpugnable. Es como un periódico. Hace 25 años eras el único, luego aparecieron 5 periódicos económicos, después Internet... Mis hijos no leen los periódicos. El mundo es más cambiante. Yo viví una época en la que faltaba de todo. Hoy sobra de todo.

- Un momento complicado

El sector hotelero ha sido un sector especialmente de ricos. Ahora mismo lo que más nos perjudica son estos hoteles que están en manos de casi nadie, de una inmobiliaria a la que sujeta el banco. Abrir un hotel es complicado, pero cerrarlo también. Estoy convencido de que se van a cerrar hoteles porque hay una gran diferencia entre oferta y demanda y va a tener que haber agrupaciones. El hotel familiar con mucha personalidad puede funcionar pero va ha haber fusiones seguro. Cadenas de tres, cuatro, quince hoteles que se fusionarán. Nosotros tenemos en marcha 4 o 5 operaciones. La intención es ir en el modelo de gestión.

- ¿Por qué se van a cerrar hoteles?

Porque se ha roto el equilibrio por todos los lados. En Alicante no creo que la ocupación hotelera media de todo el año supere el 40%.

- ¿Quién tiene la culpa?

Todos. No sobran plazas, faltan clientes. Nosotros cerraremos en torno al 59% en Alicante. Hay que ser imaginativo a la hora de comercializar el producto; nuevas tecnologías... todo está cambiando.

- ¿Los hoteles de sol y playa? ¿Qué opina del fenómeno Benidorm?

Lo conozco poco. Lo que está claro es que a los turistas británicos les hemos subido la factura un 30% por la diferencia de la libra con el euro. El turismo español va a depender de los mercados naturales nuestros. No vamos a tocar Estados Unidos. Lo que me preocupa como presidente de AC, y como español, es el marco en el que nos encontramos. Estados Unidos con un dólar bajo para exportar y no importar, China creciendo de forma artificial y Alemania bajando un 7% de PIB. Yo no veo los brotes verdes en Europa por ningún sitio. Todo el mundo tiene ganas de que esto se solucione pero han cambiado la normas del juego.

- ¿Qué quiere decir?

Estábamos en una Europa de los Quince en que convivíamos y después nos sale un competidor como China dándole a la maquinita y con unos costes laborales que no tienen nada que ver. Encima metemos veintisiete estados en la nueva Europa. Las diferencias de PIB son un auténtico disparate. Estamos en un final de ciclo en el que hay que reinventar el sistema.

- ¿Cómo se hace?

Si lo supiera me habrían dado el Premio Nobel. En España nos hemos creído los reyes del Mambo y este año vamos a acabar con un déficit de 80.000 millones con una estructura difícil de soportar. Hay que cambiar el modelo productivo y se empieza con que el alumno que suspende cuatro asignaturas en la Universidad no debe volver. A cada español nos cuesta una fortuna. Mi ventaja es que yo nací en 1948 y sé lo que es que tu madre te ponga coderas en el jersey. Cuando yo empecé en el hotel de Pamplona pusimos aire acondicionado, un milagro en aquel momento. Me parece muy bien que un señor vaya al paro y se le pague pero tendrá que trabajar.

- ¿No ve el final del túnel?

Estamos tocando fondo, quedan muchas cosas por cerrar, pero la estructura que tenemos no puede aguantar. No puede haber Ministerio de Turismo en Madrid y después con todo transferido.