El francés Dominique Strauss-Kahn tomó ayer posesión oficial de su cargo como director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI); en una ceremonia en la que reiteró su promesa de impulsar las reformas de la institución emprendidas por su antecesor en el cargo, Rodrigo Rato. Strauss-Kahn, de 58 años y ex ministro de Economía y Finanzas, insistió sobre todo en su discurso en la necesidad de dar mayor voz en la institución tanto a las economías emergentes como a los países desfavorecidos.

El director gerente del FMI es partidario de un nuevo equilibrio de poder que tenga en cuenta a los llamados países emergentes en la toma de decisiones y recuerda que Estados como Brasil, India, China o México, cuya contribución a la economía mundial es cada vez mayor, tendrán que tener «voz» en el fondo si no se quiere cuestionar su propia existencia. «La institución tiene que ser de los 185 países miembros, pero todo el mundo sabe que algunos países y algunas regiones del mundo sienten que no están lo suficientemente representados», explicó.

Strauss-Kahn agregó que el FMI debería implicarse en asegurar que el proceso de globalización favorece los intereses de todo el mundo, no solo de los países desarrollados.

«No diré que la globalización es buena para todo el mundo, porque siempre hay gente que sufrirá desigualdades y pobreza», lamentó el director gerente del FMI. «Pero al menos, podemos intentar hacer la globalización mejor para todo el mundo», apostilló. Strauss-Kahn se convierte de este modo en el décimo director gerente del FMI y el cuarto francés al frente de la institución.