E l Alcoyano dejó escapar contra el Levante B la posibilidad de alcanzar el liderato del grupo III de Segunda B. En el peor partido de la era Juan Ignacio Martínez, los blanquiazules sacaron a relucir todas sus carencias, cayendo de manera contundente y merecida frente a un rival de calidad pero que, en la presente temporada, sólo aspira a la permanencia.

La tarde se prometía feliz, con un inmejorable ambiente en las gradas. La afición, el mejor activo del Deportivo, respondió al llamamiento efectuado por la junta directiva pero, al menos en esta ocasión, el equipo no estuvo a la altura exigida. El filial supo maniatarle con una inmejorable presión en el centro del campo, ahogando el desplazamiento lateral de balón de Sergio Gámiz.

El partido se le puso de cara muy pronto al Levante B. Apenas habían transcurrido seis minutos cuando el árbitro señaló como penalti una mano, aparentemente involuntaria de Carlos Calvo. Pepe Pla no perdonó desde el punto fatídico, engañando a Fernando Maestro. Lejos de asistir a la esperada reacción local, el filial dispuso de dos claras oportunidades para incrementar la ventaja. Primero con un lanzamiento de saque de esquina muy cerrado de Saúl, despejado «in extremis» por Maestro y, poco después, con un potente disparo de De Lerma, nuevamente rechazado por el portero. Al filo del descanso, no obstante, el Levante B colocaba la puntilla con un soberbio gol de Juanjo, picando suavemente el balón por encima del portero, a media salida.

Los cambios introducidos por Juan Ignacio Martínez en la segunda parte, Garrido acabó jugando de delantero centro, apenas sirvieron de revulsivo. Con todo decidido, una rápida galopada de Toledo por banda derecha en el descuento acabó con un tiro cruzado al fondo de la red.