El calendario de las grandes vueltas ciclistas por etapas ha sufrido una importante modificación después de que el Tour de Francia haya decidido pasar sus fechas del mes julio a finales de agosto y septiembre debido a la crisis sanitaria del coronavirus.

La prueba francesa ha sido fijada por la Unión Ciclista Internacional (UCI), que ayer aplazó todas las competiciones hasta el 1 de agosto, entre el 29 de agosto y el 20 de septiembre, unas fechas que prácticamente coinciden con las habituales de La Vuelta a España. En el nuevo calendario se contempla que tras el Tour se dispute el Mundial, que el Giro de Italia tenga lugar en octubre y que la ronda española quede relegada a continuación. Aunque todavía no hay nada definitivo, para poder encajar todo, las fechas que se están barajando son del 30 de octubre al 22 noviembre, con el hándicap de la nieve que puede haber en las cumbres de las montañas.

El director general de La Vuelta, Javier Guillén, admite que «el panorama ha quedado bastante aclarado» porque «no tenía ningún sentido» coincidir con el Tour de Francia. «En este momento estamos manteniendo conversaciones entre todos los operadores del ciclismo para ver cómo realizamos ese encaje del resto de carreras. Hoy por hoy no se puede decir cuáles son las fechas exactas de cuándo empieza y termina el Giro y La Vuelta, pero el panorama ha quedado bastante aclarado», manifestó en declaraciones ofrecidas por el servicio de prensa de la ronda española.

Javier Guillén confía en que «antes del 15 de mayo» se pueda tener el calendario definitivo. «Quiero agradecer a la UCI y al Tour de Francia la extraordinaria celeridad que han tenido a la hora de ofrecer las nuevas fechas, una vez que hace dos días que el presidente Macron anunciara que en Francia no se van a poder celebrar eventos de gran concentración».