La pandemia provocada por el coronavirus obligó a paralizar el pasado mes de marzo la actividad deportiva en el grupo III de Segunda B, en el que compiten siete equipos de la Comunidad Valenciana, congelando el campeonato más igualado de las últimas décadas.

Tras más de un mes de parón y sin fecha aún fijada para que se ponga final al estado de alarma, cada vez existen más posibilidades de que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) pueda dar por anulada la competición, como ha sucedido recientemente en Portugal, una opción que comienza a valorarse como la menos mala por los clubes.

El grupo III quedó paralizado el pasado 8 de marzo en el momento culminante de la temporada y con una igualdad máxima tanto en la parte alta de la clasificación como en la cola, lo que hubiera garantizado la emoción hasta el final del campeonato.

Prueba de lo competido que estaba el curso es que entre el primer clasificado, el Castellón, y el cuarto, el Cornellá, solo hay un punto de diferencia, mientras que el quinto, el Lleida, está solo a cuatro del liderato con 30 aún en juego.

La misma situación se repite en la cola, donde el colista Orihuela está solo a cuatro puntos de la zona de permanencia, y a tres de la promoción para salvar la categoría.

El principal damnificados por un hipotético aplazamiento serían el CD Castellón, que perdería la posibilidad de pelear por el ascenso, mientras que Orihuela y Hércules, actualmente en zona de descenso a Tercera, serían indultados.

Ambos equipos, sin embargo, se encontraban al alza y habían recortado diferencias en las últimas jornadas con sus rivales, directos, entre los que se encontraba el Valencia Mestalla, en zona de promoción de descenso.

El debutante La Nucía y el Atlético Levante tenían encarrilada la permanencia, mientras el Villarreal B, fuera de las cuatro primeras plazas, tenía a tiro de piedra, tres puntos, la promoción.

A excepción del conjunto de Castalia, al que podría escapársele una ocasión única de pelear por el título y el ascenso, el resto de los equipos saldrían más o menos bien parados de una posible anulación del campeonato, ya que la opción de reanudar la competición comienza a contemplarse, ante la falta de fechas, cada vez más complicada.