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CORONAVIRUS

Un mes de parón por el coronavirus que cambia el fútbol

El Elche baraja un recorte salarial a la plantilla y el Hércules aguarda el visto bueno al ERTE para afrontar la crisis del Covid-19. Los clubes no sabe cómo ni cuándo acabarán sus Ligas y se preparan para un escenario a la baja en ingresos, presupuestos y contratos

El último entrenamiento del Hércules a puerta cerrada en el Rico Pérez el pasado 13 de marzo. Álex Domínguez

Hace justo un mes, el Elche disfrutaba el 8-M de una victoria de prestigio en Vallecas (2-3) y el Hércules sumaba su cuarto empate consecutivo sin goles en Zaragoza ante el Ebro. Treinta y un días después de los últimos partidos oficiales y del parón del fútbol mundial por la pandemia del coronavirus, nadie sabe cuándo ni cómo acabarán las competiciones, en el supuesto de que se reanuden. La única certeza que se extiende entre los clubes es la de que la crisis del coronavirus acarrea un cambio inexorable en el mundo del fútbol, que pasará por un escenario a la baja en ingresos, presupuestos y, por consiguiente, contratos con los futbolistas profesionales. Mientras todos los estamentos nacionales e internacionales (LaLiga, RFEF, AFE, UEFA, FIFA) buscan una salida al laberinto, el Elche ya tiene sobre la mesa el estudio de recortes a su plantilla y el Hércules está a la espera de la inminente aprobación de su ERTE como primeras medidas de emergencia ante el desastre.

Elche CF

Recorte salarial para paliar una posible merma de ingresos de más de dos millones de euros

El parón por el coronavirus sorprendió al Elche en uno de sus mejores momentos deportivos tras la victoria ante el Rayo que le afianzaba entre los mejores de LaLiga Smartbank y los aspirantes serios a luchar por el «play-off» de ascenso a Primera a falta de 11 partidos para el final del campeonato regular. «Cuando se retome la competición, la Liga será totalmente distinta», vaticinó el técnico José Rojo, Pacheta, desde su confinamiento en su domicilio cercano al Martínez Valero. En el plano institucional también bajan las aguas tranquilas desde la compra del club hace cuatro meses por el inversor argentino y agente de futbolistas, Christian Bragarnik, que renueva su apuesta por la entidad y asegura que pujará por hacerse con el control del 95% del accionariado. El día a día económico del club lo controla desde aquí la directora general Patricia Rodríguez, que no se mueve ni un ápice de las directrices que marca el presidente de la patronal de clubes Javier Tebas y aboga a toda costa por terminar la Liga para minimizar los daños en el presupuesto de 8,9 millones de euros para este curso. El Elche ha presumido hasta ahora de músculo financiero suficiente para aguantar el tirón de la crisis y cumplir sus compromisos de pago, pero ya admite que tendrá que plantearse una revisión de los emolumentos de la plantilla -aún no habla abiertamente de ERTE- para cuadrar las cuentas. Si la competición no se reanuda, el club calcula que perderá un tercio de los ingresos previstos, más de dos millones de euros, de los que la mayor parte corresponderían a derechos televisivos (7,2 millones para toda la campaña, de la que falta por disputarse la cuarta parte) y a los que habría que sumar la pérdida de ingresos por taquillas y patrocinios.

Hércules CF

Expediente regulador para los 70 empleados con el club en venta y la amenaza de Tercera

Con el agua al cuello. Así pilló la pandemia de la Covid-19 al Hércules, que en la peor temporada de su casi centenaria historia ocupa plaza de descenso a las catacumbas de la Tercera División a falta de 10 partidos para el final. Cinco entrenadores y cuatro directores deportivos -contando al ínclito propietario Juan Carlos Ramírez- han sido incapaces de revertir la pésima trayectoria de un equipo que vivió hasta 14 movimientos en el mercado de invierno. Con un creciente clima de rechazo social a la gestión del empresario que controla la entidad desde hace 20 años, Enrique Ortiz, el Hércules presentó un ERTE que afecta a la totalidad de sus 70 trabajadores, con el que sus dueños prevén ahorrarse unos 230.000 euros al mes. La crisis del coronavirus también aplazó la junta general de accionistas en la que debía ser ratificado nuevamente como presidente Quique Hernández, que fue el encargado de anunciar la voluntad de Ortiz de vender un club que arrastra pérdidas de más de 62 millones de euros desde su conversión en Sociedad Anónima Deportiva en el verano de 1995. Con tantos frentes abiertos, en lo societario y en lo deportivo, el Hércules vería con buenos ojos la opción de que no se reanudara la competición y se anularan los descensos y ascensos como una vía segura de evitar la catástrofe de bajar a Tercera. De momento, su entrenador Antonio Moreno avisa de la obligación de estar preparados para afrontar el escenario que se presente en las próximas semanas. Mientras, los otros dos clubes del grupo III de Segunda B, La Nucía y el Orihuela, esperan acontecimientos sobre la fecha de reanudación con menos agobios presupuestarios que el Hércules. De momento, ninguno de los dos ha optado por la vía del ERTE. En su estreno en la categoría de bronce, el conjunto de la Marina Baixa tiene virtualmente asegurada la permanencia con César Ferrando en el banquillo, mientras que el de la Vega Baja es colista y se aferra a su último técnico, Gerard Albadalejo, para buscar el milagro de la salvación, que tiene a cuatro puntos.

Fútbol modesto

Cuatro millones de la RFEF para pagar salarios en 2ª B y Tercera

Para paliar los daños de la pandemia en el fútbol modesto, la Federación aprobó ayer una ayuda de cuatro millones de euros para pagar los salarios de los jugadores con licencia profesional y a los entrenadores desde el 14 de marzo, fecha de entrada en vigor del estado de alarma, y durante su período de vigencia. Las ayudas se destinan a clubes de Segunda B y Tercera masculina; los de Primera, Segunda y Segunda B de fútbol sala masculino y los Primera y Segunda de fútbol sala femenino.

Estas cantidades van desde un máximo de 40.000€ para los clubes de Segunda B según su masa salarial, 36.000 para los de fútbol sala y hasta 10.000 a los de Tercera.

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