Seguro que nadie de nuestras generaciones recuerda haber vivido o tenido una experiencia como la actual con la pandemia del coronavirus. Hay quienes la describen como lo más doloroso o lo más duro que han conocido.

Nosotros los sanitarios tenemos en la gran mayoría de los casos, sólo un polo, el positivo, el optimista. Pura energía limpia para ir hacia arriba, al norte.

La situación actual no es dolorosa para nosotros por quedarnos en casa; lo hacemos por responsabilidad y coherencia con nuestra sociedad.

Para nosotros el dolor es algo habitual, somos expertos en ello. Sin embargo, cuando la etiología tiene varios origenes confrontados nos hace replantearnos muchas cosas.

Confrontada como la información oficial que nos llega: "Abre la clínica pero trata a más de metro y medio, abre tu clínica y trata sin protección adecuada (desabastecimiento de material), abre tu centro y que los pacientes potenciales de contagio estén cerca de compañeros".... Todas estas instrucciones son inasumibles por los fisioterapeutas por razones de salud pública individual y colectiva.

Simplemente queremos trabajar bien, seguros y de la mejor manera para nuestros pacientes, nuestras familia y para nosotros. Por eso los fisios nos quedamos en casa y cerramos nuestras clínicas; por no darse las condiciones adecuadas de seguridad.

(* Pasqui Carrillo es fisioterapeuta del Club Atlético Montemar de Alicante

Numero de colegiado 1774)