El Comité Olímpico Internacional (COI) se ha dado un plazo de cuatro semanas para estudiar si puede o no mantener las fechas previstas para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, y, si no es así, decidir cuándo podrían disputarse, a la vista del «empeoramiento» de la crisis sanitaria mundial desencadenada por la pandemia de coronavirus.

Está previsto que los Juegos Olímpicos se disputen del 24 de julio al 9 de agosto, seguidos dos semanas después por los Juegos Paralímpicos, del 25 de agosto al 9 de septiembre.

«La suspensión no está en la agenda», indicó el COI en un comunicado tras una reunión de su Ejecutiva encabezada por el presidente, el alemán Thomas Bach.

«A la luz del empeoramiento de la situación a nivel mundial, la Ejecutiva ha dado hoy el primer paso en la planificación de los posibles escenarios», dice la nota.

«El COI, en cooperación con el Comité Organizador de Tokio 2020, las autoridades japonesas y el Gobierno Metropolitano de Tokio, iniciará conversaciones detalladas para completar su evaluación de la rápida evolución de la situación sanitaria mundial y sus repercusiones en los Juegos Olímpicos, incluida la hipótesis del aplazamiento», señaló el primer organismo deportivo mundial.

«El COI confía en que habrá finalizado estas discusiones dentro de las próximas cuatro semanas y aprecia mucho la solidaridad y la colaboración de los comités olímpicos nacionales y de las federaciones internacionales para apoyar a los atletas y adaptar la planificación de los Juegos», añadió

El Comité «intensificará su planificación de escenarios para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020». Esto significa, explica el comunicado, que se replanteará»los planes operativos existentes para que los Juegos se celebren el 24 de julio de 2020, así como los cambios en la fecha de inicio de los Juegos». Este periodo de análisis»permitirá una mejor visibilidad de la evolución rápidamente cambiante de la situación sanitaria en todo el mundo y en Japón» y «servirá de base para tomar la mejor decisión en interés de los atletas y de todas las personas involucradas».

La Ejecutiva del COI constató en su reunión que «por un lado hay mejoras significativas en Japón, donde la gente está dando una cálida bienvenida a la llama olímpica», lo que podría «reforzar la confianza del COI en los anfitriones japoneses» y en que podrían "»con ciertas restricciones de seguridad, organizar los Juegos Olímpicos en el país, respetando el principio de salvaguardar la salud de todos los participante».

Pero, por otro lado, apunta, «hay un dramático aumento de los casos y nuevos brotes de COVID-19 en diferentes países de distintos continentes». Por eso, el COI estimó que debía dar»el siguiente paso en su planificación de escenarios». La nota se refiere a la complicación que supondría el aplazamiento de los Juegos: «Varias sedes críticas necesarias para los Juegos podrían no estar ya disponibles. Las millones de noches ya reservadas en hoteles son algo extremadamente difícil de manejar, y el calendario deportivo internacional para al menos 33 deportes olímpicos tendría que ser adaptado». «Estos son solo algunos de los muchos, muchos más desafíos», incide el COI.

Pese a la declaración de pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el pasado 11 de marzo, el COI siempre había insistido en su intención de inaugurar los Juegos el 24 de julio. La postura a favor del aplazamiento de los Juegos de las federaciones estadounidenses de natación y de atletismo, las más importantes del mundo por su potencial deportivo y económico, pudo ser hace un par de días el empujón definitivo. También los comités de Noruega y de Brasil se han alienado con ellos.