El Barça dio un nuevo paso hacia su séptimo consecutivo de la Copa del Rey, tras certificar su clasificación para la gran final al vencer por un claro 34-23 al Ademar de León en las semifinales. Un encuentro en el que los de Xavi Pascual volvieron a dejar clara la enorme diferencia que separa en estos momentos al todopoderoso conjunto azulgrana del resto de sus rivales nacionales.

Mediada la primera mitad el conjunto leonés ya contaba con una desventaja de seis goles (12-6) en el marcador, que dejaba prácticamente sentenciada la victoria del Barcelona. Y eso que el portero croata del Ademar, Dino Slavic, arrancó la contienda con un par de buenas intervenciones.

Pero el Barcelona no atesora solo más calidad que el resto de sus rivales, sino una mayor profundidad de banquillo, lo que le permite mover continuamente el banquillo sin que apenas se note la diferencia sobre la pista. Incluso, como ocurrió ayer ante el Ademar de León mediada la primera mitad, cuando Xavi Pascual cambia a la vez a los seis jugadores de pista. Un cambio que no solo no frenó la voracidad de los barcelonistas, sino que pareció aumentarla, como reflejaron los nueve goles de ventaja (20-11) con los que se llegó al descanso.

Una renta que aumentó en los primeros cinco minutos de la segunda mitad en los que el Barcelona se disparó hasta los once goles de diferencia (24-13) con dos goles consecutivos de Aleix Gómez y de Aitor Ariño. Ventaja con la que esta vez, ya sí, el Barcelona pareció por dar concluida la contienda, lo que permitió respirar a un Ademar de León, que pese a todo no logró reducir ni en un solo gol la diferencia, como reflejó el 34-23 final.