Nacho Díaz ha vuelto y el HLA Alicante lo agradece. Determinante en la última victoria ante el Lleida -octava consecutiva-, el alero mantiene que el equipo mejora cada semana, impulsado por la energía de los jóvenes y la humildad y el oficio de los veteranos. Considera crucial «la cuota de importancia» del técnico Rivero en un equipo «que juega sencillo, alegre y engancha».

Tras el suplicio de su lesión de rodilla, vuelve a ser decisivo para este rutilante HLA Alicante, como demostró en la victoria ante Lleida. ¿Está ya de vuelta plenamente?

Sí; me está costando un poco tras la lesión, pero lo importante es que cada día me encuentro mejor e intento ayudar al equipo día a día. El equipo está funcionando bien y entonces tiene menos importancia que la lesión me haya tenido tanto tiempo fuera de la cancha viendo la trayectoria de este HLA Alicante.

Ocho victorias consecutivas, cuartos en la LEB Oro

Siendo honestos, no, porque somos un equipo recién llegado a la categoría que tenía mucho que aprender. Al final, tenemos una seña de identidad muy clara, que es trabajar todos los días al 100% y afrontar cada semana desde cero. Independientemente de lo que haya pasado antes, hayamos ganado o perdido, somos capaces de trabajar desde cero y ése es nuestro secreto: no nos fijamos en el bagaje que tenemos detrás. Como ocurrió el año pasado con 16 partidos seguidos, esta temporada van ocho y ojalá que dure mucho la racha.

Todo el vestuario asegura que la clave de esta gran racha es que se dejan la piel en la cancha. Díganos alguna otra...

Somos un equipo con un margen de crecimiento continuo. Salvo los tres que somos más veteranos, tenemos dos americanos muy jóvenes, tres españoles entre 20 y 22 años con una cuota de importancia muy alta en el equipo y eso permite que crezcamos semana a semana. Es algo bueno. Y los veteranos nos contagiamos de esa actitud de los jóvenes de querer aprender todas las semanas, en las que se ven cosas nuevas y cosas mejores.

Si el crecimiento y la progresión del equipo son continuos, ¿cuál es su techo?

Esperemos que el techo quede todavía lejos. Lo bueno que tienen los jóvenes es que se empapan rápido de las cosas a nivel táctico y tienen calidad y físicos muy buenos, que hoy es muy importante. No nos planteamos cuál es nuestro techo; trabajar cada semana y que nuestro trabajo nos ponga donde nos tenga que poner.

A la vista del rendimiento del equipo, el «play-off» por el ascenso es ya más una obligación que un premio...

Bueno. Al final te pones a pensar que estás con cinco partidos de average por encima del décimo clasificado. En estas 11 jornadas que quedan queremos seguir trabajando para conseguir una buena posición que nos permita afrontar con más confianza un «play-off» que tenemos muy encarrilado.

Le supongo satisfecho con la respuesta del público y cómo la afición de Alicante recupera la ilusión con este equipo...

Sí. Llevo tres años aquí, me acuerdo de mi primer partido y había unas 600 personas. Poco a poco ves cómo el pabellón se llena cada vez más y traes ahora cada viernes casi a 4.000 personas. Es una gozada jugar aquí. Está claro que nuestra afición es la mejor de la LEB Oro y lo demuestra semana a semana, juguemos aquí o fuera.

¿Cómo define técnica y tácticamente el juego del HLA?

Es un juego muy sencillo. No nos complicamos mucho la vida. Nos gusta mucho jugar en transición, un juego alegre. Quizás nos cuesta un poco jugar a un ritmo más parado, pero lo estamos llevando mejor con nuestra progresión. Nuestro juego es vistoso y engancha.

¿Qué importancia le da a la figura del técnico Pedro Rivero?

Es el que está inculcando esa facilidad a la hora de jugar, la que él tenía como jugador. Su carácter y su liderazgo se notan; y transmite esa seña de identidad de equipo peleón en los partidos y en el día a día. La cuota de importancia de Pedro es altísima porque nos sabe transmitir perfectamente qué baloncesto hacer y cómo hacerlo.

Más allá del juego, el equipo da la sensación de ser una familia...

Sí; uno de los secretos de los buenos equipos es que cuando hay buena relación los malos momentos se superan mejor. Si te llevas bien con los compañeros, ese plus que tienes que dar cuando el otro está mal, lo haces encantado. Los equipos en los que yo he estado y han conseguido buenos resultados se caracterizaban por ser casi una familia. Es muy importante fomentar eso en el vestuario porque siempre hay malos momentos en una temporada.

El equipo también ha progresado en cuanto a oficio y madurez para asegurar los resultados...

En las primeras semanas se nos escaparon partidos por pecar de novatos en la Liga. Sólo Llompart tenía experiencia en Oro y jugó hace muchos años cuando era una Liga diferente. Sabíamos que algún peaje debíamos pagar, pero el equipo se ha sobrepuesto a ello y quizás antes de lo esperado. Hemos dado ese salto de madurez para superar las crisis dentro de un partido.

También es un hecho la subida del nivel y exigencia en LEB Oro...

Desde luego. Es el primer año que la juego, pero es una Liga que no te perdona un error. Es muy igualada y ves equipos con aspiraciones que están abajo, y a la inversa. Es una Liga de dinámicas y de exigencia semanal; si te relajas te puede ganar cualquier equipo.

¿Es real el sueño de la ACB para Alicante a medio plazo?

Ojalá. En los tres años que llevo el club está creciendo exponencialmente y se nota cada año a nivel de organización y logística. Se va profesionalizando cada día un poco más. El club necesita consolidarse en Oro, profesionalizarse aún más y creo que a medio plazo el equipo puede soñar con volver a una categoría de la que no tenía que haberse ido nunca.