Quique Setién recibe a 'El Periódico' después de los partidos ante el Nápoles y el Real Madrid, los más importantes que ha afrontado en los primeros 50 días en el Barça. Los resultados negativos -un empate en Italia, y una derrota en el Bernabéu- no han laminado el optimista estado de ánimo del técnico, locuaz, explicativo y didáctico. Su rostro, en una larga charla de 54 minutos en la que no miró el reloj, solo se ensombrece por el episodio de Eder Sarabia en el banquillo, en el que unas imágenes de television reproducen las imprecaciones y los arrebatos de ira de su ayudante. Este es un adelanto de la entrevista completa con el técnico.

¿Qué piensa de lo sucedido?

Esa situación me ha afectado mucho a mí. Lo primero en lo que pienso es en el club y en la imagen del club. Debe ser una imagen impoluta, hay que cuidarla. Es un tema me preocupa mucho. Es algo muy importante para mí. Nos pueden criticar porque haces mal lo cambios, porque planteas mal los partidos... Por lo que sea, pero no por el comportamiento. Es verdad que hay que entender a las personas y los momentos. No todos somos iguales. Eder es un chaval que tiene un gran temperamento, que para muchas cosas nos viene fenomenal. Pero tiene que aprender a controlarse. Está en ello, trata de mejorar este tema porque ya hemos tenido situaciones de estas. Cada vez más esporádicas, pero... Pero es algo que no nos gusta.

Estas reacciones se ven en todos los banquillos.

Sí, pero eso no es excusa. No, no es una excusa. Es un tema que Eder está intentando solucionar. Es un chaval joven, un chaval impulsivo, que tiene muchísima energía, que para muchas cosas es tremendamente positivo. Pero estamos en el banquillo de un club al que representas y el comportamiento tendría que ser intachable. Es verdad que hay un momento aislado en el que te puede pasar cualquier cosa, te vuelves loco y te descerebras, pero esto hay que tratar de controlarlo.

¿Han hablado? ¿Qué le ha dicho?

Claro que hemos hablado. Él también está preocupado. No nos da igual esta situación. Es un tema que debemos mejorar nosotros. Se está tratando de poner solución. Y él está trabajando para ello. Ya hemos pedido las disculpas que tenemos que pedir. Y sobre todo yo porque, al final, es culpa mía. Yo tengo que controlar estas cosas.

¿Ante quién se ha disculpado? ¿Ante los jugadores? ¿El club?

A todos, a todos... Es un comportamiento que no deberíamos tener. Porque hay otra manera de decir las cosas. No es cuestión de darle explicaciones a la plantilla. No estamos a gusto con estas cosas. Es un error que hemos cometido y debemos tratar de evitarlo. Esto no es lo propio. Tampoco nos extendemos más y no me refiero a que esto haya salido.

¿Le molesta que haya salido?

Es un poco vergonzoso que eso se convierta en una noticia y tenga una dimensión como la que ha adquirido. Eso sí es vergonzoso. Que los medios utilicen una cámara que te está siguiendo permanentemente en el banquillo. Es algo que se debería erradicar. Es algo que se debería acabar. No puedes estar todo el día con la mano en la boca. No tengo que obligarme a taparme la boca. Es lamentable que pasen estas cosas.

No es la primera vez.

No, es algo que ya ha ocurrido muchas veces en otros sitios. En Sevilla, en Las Palmas, en todos lados pasa€ Ahora toma la dimensión de un club como este. Hay muchos intereses en otros sitios, que piensan que con estas cosas te van a perjudicar y te van a desestabilizar. No va a ocurrir.

Es una lección para Sarabia.

Por supuesto, por supuesto. Pero ya estábamos advertidos también. Sabíamos que podía pasar. Asumimos la responsabilidad. Lo siento de veras. A mí me gusta quedar bien. Quiero que mi comportamiento aquí sea intachable. Me podéis criticar porque planteo mal los partidos, porque pierdo, porque no saco rendimiento. En eso lo acepto todo, pero mi comportamiento tiene que ser intachable. Estoy representando a un club como el Barça y mi obligación es ser cuidadoso con todo.

¿Por qué estaban advertidos?

Hay gente que vive de esto, es lamentable, pero es así. Por eso debes tener cuidado. Lo que pasa es que yo no me acostumbro a ponerme la mano en la boca. No me sale.